confieso que he pensado

Olvidos históricos

La desidia pública se suma a la falta de iniciativa por parte de un empresariado al que habría que recordarle que el mundo no se acaba en el ladrillo

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Valldemossa, el bello pueblo de la Tramuntana mallorquina, ha quedado ligado para siempre a la memoria de uno de los músicos más universales, el polaco Fréderic Chopin. Basta con hacer una búsqueda en Google para hallar en medios de comunicación de difusión internacional reportajes del tipo « Majorca: sun, sand and Chopin» (Mallorca: sol, arena y Chopin). Los millones de turistas que visitan casa año la isla balear pueden disfrutar de museos, festivales y conferencias dedicados al excelso compositor, además de adquirir todo tipo de objetos jalonados con su nombre o su perfil. Sin embargo, a pesar de lo que pueda parecer, Chopin apenas pasó dos meses en la isla en compañía de la escritora francesa George Sand, un periodo en el que, para más inri, empeoró su maltrecha salud.

Así las cosas, ¿ha estado alguien engañando a alguien? Por supuesto que no. Sencillamente se ha aprovechado uno de los recursos que ha legado la historia.

En triste contraposición, la estancia en Canarias, en concreto en la ciudad tinerfeña de Puerto de la Cruz, de tres de los componentes de la banda pop más universal, The Beatles, ha pasado desapercibida. Sólo en los últimos años una serie de admirables esfuerzos individuales han permitido sacar a la luz algunas publicaciones, y estos días, con la subasta de las fotografías de las vacaciones de Paul McCartney, Ringo Starr y George Harrison en la isla, el asunto ha regresado al candelero.

Y es que un paseo de horas por la ciudad turística norteña no nos permitiría hallar vestigio alguno de la visita de los músicos británicos, pero casi tampoco de la estancia de personajes tan relevantes como la novelista Agatha Christie o el mismísimo Sir Winston Churchill, acaso uno de los personales más relevantes del siglo XX. Se trata, por ello, de un flagrante desaprovechamiento comercial de lo que la historia generosamente nos ha legado, una situación que se refleja en otros ámbitos y lugares del archipiélago.

Cómo, si no, explicar que una de las regiones más importantes del mundo en el campo de la astrofísica apenas cuente con atracciones de nivel relacionadas con la exploración del universo, un fenómeno que cabría trasladar también al vulcanismo. En dichos casos, como en el de los personajes de renombre internacional que han pasado por Canarias, la desidia pública se suma a la falta de iniciativa por parte de un empresariado al que habría que recordarle que el mundo no se acaba en el ladrillo, las gasolineras, los supermercados, los negocios con las administraciones y las subvenciones públicas.

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