desde mi escaño

Las alas de Monago

Esta práctica de los viajes sin justificar no es que se haya conocido ahora, pero ahora ha venido muy bien utilizarla para vaya a saber usted qué avieso fin

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Tenerife ha estado en boca de los medios de comunicación durante estos últimos días por mor de los viajes de Monago (no los de Gulliver) a esta isla canaria. El hoy presidente extremeño, según las informaciones recabadas por los medios, realizó una treintena de desplazamientos cuando era senador para, supuestamente, ver a la que entonces era su novia, una mujer llamada Olga María Henao. Esto se remonta a 2009 y parece que son billetes de avión que se sacan durante un año a costa del Senado y sin que exista ni se pida justificación del propósito de los mismos.

Decía Monago que él sabía que esta información iba a salir porque, aunque sin apuntar nombres, estaba tocando muy directamente intereses de terceros (seguramente de propios del PP) que se han cansado de que el político extremeño actuase como un verso suelto, haciéndole guiños incluso a Podemos o apoyando la barra libre para el aborto.

Es decir, que esta práctica de los viajes sin justificar no es que se haya conocido ahora y todo el mundo proceda a rasgarse las vestiduras, sino que ya era de sobra conocida, pero ahora ha venido muy bien utilizarla para vaya a saber usted qué avieso fin e intentar dejar en paños menores a un rebelde en las filas de Rajoy.

Cierto es que tampoco me convencieron las explicaciones aportadas por Monago en las que él sostenía que sus viajes estaban plenamente justificados por las similitudes entre Canarias y Extremadura. Hombre, aparte de que unas son islas y la otra es una región con dos grandes provincias donde para empezar no hay ni mar de nubes, lo cierto es que se parecen como un huevo o una castaña.

Pero, pongámonos en la tesitura de que así haya sido y de que Monago viajase a Tenerife para defender, por ejemplo, los intereses del plátano o del tomate canarios. Entonces, ¿para qué se eligen senadores canarios? ¿Va a saber más un extremeño de los problemas del día a día de los isleños que los propios políticos elegidos en las Islas? Parece una broma, pero Monago lo contó con toda la seriedad.

Lo triste de todo esto es que haya habido que esperar a que alguien le filtrase a un medio esta información de los viajes de ocio de Monago para que, de repente, alguien se diera cuenta en la Cámara Alta que se ha estado tirando y disparando con pólvora del Rey sin que nadie le pusiera corto y control alguno.

Al menos, el que ahora era pareja de la señora Henao, un diputado del PP por Teruel, ha tenido el gesto de presentar su renuncia, lo cual no siempre es sencillo cuando tienes tantas ventajas y casi ninguna obligación como senador. Algunos, como Curbelo, directamente, no hablaban ni media.

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