Vaquilla a la fuga

El 30 de agosto, la pequeña localidad turolense de San Agustín vivía sus fiestas. Y, como es tradición, una de las actividades festivas era la suelta de reses bravas. Para la ocasión se prepararon cinco vaquillas y dos toros, pero los siete ejemplares pusieron tierra de por medio escapándose del recinto en el que se tenían guardados.

No hubo que lamentar daños porque no se toparon con gentío en las calles del pueblo y los animales salieron disparados hacia el monte. Ese mismo día se recuperó uno de los ejemplares y escasos días después dieron con otros dos, un toro y una vaca.

No era fácil darle captura porque las reses tienen campo abierto por el que discurrir a sus anchas, la zona de pinares situada entre San Agustín y el vecino municipio de Barracas, este ya en la provincia de Castellón.

Se utilizaron mansos para atraer a los animales, pero con fortuna dispar. Hasta el pasado fin de semana seguían «en paradero desconocido» dos vaquillas. Una de ellas se la toparon unos cazadores de Barracas el pasado domingo en pleno monte, cerca de San Agustín. El animal fue capturado sin mayores incidentes.

Pero en el recuento final sigue faltando una vaca que, se da por hecho, sigue disfrutando de su fuga por estos parajes de montes a caballo entre las provincias de Teruel y Castellón. Fugitiva vaquilla que va camino de cumplir un mes de rebeldía ganadera.