La autopsia del bebé muerto en Zaragoza determinará si lo tiraron vivo a la basura

Los investigadores de la Guardia Civil que se encargan del caso del bebé hallado muerto en un vertedero de Zaragoza esperan disponer este viernes de los resultados de la autopsia. Determinará una cuestión clave para, llegado el caso, sustanciar el grado de responsabilidad penal del autor o autores de este suceso: si el recién nacido fue arrojado vivo al contenedor de basura, si estaba ya muerto y, en tal caso, si su fallecimiento fue sobrevenido por acción, por omisión de atenciones o porque nació sin vida.

Otra cuestión clave es fijar el tramo horario del nacimiento y fallecimiento del pequeño, porque esto permitirá acotar más la zona en la que fue tirado a la basura. Todo apunta a que lo arrojaron a un contenedor urbano de reciclaje de plásticos y envases, los múltiples que los camiones de recogida selectiva de basura vacían regularmente para llevar los materiales hasta el Ecovertedero de Zaragoza, que es donde apareció el cuerpo del pequeño.

Al Ecovertedero zaragozano va a parar la recogida de todos los contenedores de recogida selectiva de residuos situados en la capital aragonesa y en otros 60 municipios. Pero se tiene la práctica seguridad de que el cuerpo del bebé llegó en una de las últimas descargas que los camiones hicieron en la noche del miércoles, lo que de entrada permite reducir el área en la que centrar las investigaciones.

Lo que ya parece claro, por los primeros indicios de la investigación, es que el bebé era un recién nacido que había venido al mundo instantes antes de ser arrojado a la basura. Aún llevaba visible el cordón umbilical.

El cuerpo del pequeño fue detectado poco antes de las siete de la mañana del jueves por una trabajadora que se encontraba de turno ante la cinta transportadora que selecciona los residuos plásticos en el Ecovertedero de Zaragoza.