Estación de esquí de Formigal
Estación de esquí de Formigal
NIEVE

La estación de esquí de Formigal cumple medio siglo

En 1965, un grupo de «visionarios» liderados por Sainz de Varanda, impulsaron la creación de una pista de esquí en el Valle de Tena

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La década de los 60 echaba a andar cuando un grupo de emprendedores, amantes de la nieve y enamorados del Valle de Tena, soñaban con transformar Sallent de Gállego gracias a la nieve. A la cabeza de todos ellos se encontraba el joven abogado Ramón Sainz de Varanda, que años más tarde se convertiría en alcalde de Zaragoza por el PSOE. Sainz de Varanda, gran aficionado al esquí, fue el impulsor de la estación, el encargado de buscar el apoyo necesario del Gobierno de Franco, a través del Ministerio de Información y Turismo, que por aquel entonces dirigía Manuel Fraga Iribarne.

La sociedad para explotar la estación de esquí de Formigal se constituyó el 2 de mayo de 1964 y el 5 de enero de 1965 comenzó a funcionar.

Lo hizo con una decena de trabajadores y un único telesilla, el de Furco. Hoy en día, medio siglo después, es el destino de nieve más grande de España, gracias a su unión con Panticosa, con 176 kilómetros esquiables y seis valles.

De media, 600.000 esquiadores acuden cada año a Formigal, dando la razón a aquellos «visionarios» que allá por los años 60 decidieron apostar por la nieve como motor de desarrollo, dejando a un lado la ganadería y la agricultura, el principal modo de vida de los vecinos del valle hasta entonces.

Unos vecinos que fueron los primeros aragoneses en colocarse un esquís, procedentes de Francia. Era la Navidad de 1912 y ellos, sin saberlo, fueron los primeros en deslizarse por unas laderas que, cinco décadas después, forman parte de la estación más grande del país.

De la ganadería al turismo

Hoy el turismo ligado al esquí se ha convertido en el principal sustento de Sallent de Gállego y su comarca. Hoteles, restaurantes y apartamentos han copado lo que antiguamente eran montes para pastos. La transformación de la zona en estos 50 años ha sido posible a la puesta en marcha de Formigal. Una estación que desde el primer momento contó con el respaldo de los vecinos del valle.

En esos años, el de Formigal no era el único proyecto sobre la mesa para poner en marcha una estación de esquí en España. Sin embargo, a diferencia de otras iniciativas nacidas sin el apoyo local, la puesta en marcha de la estación aragonesa contó con un gran respaldo. Los vecinos de Sallent de Gállego, encabezados por su alcalde, Ángel Franca, vieron en este proyecto una oportunidad de negocio para el pueblo. Una forma de sacarle partido a las duras condiciones climáticas que se vivían en la zona todos los inviernos.

El primer consejo de administración estuvo formado por Ángel Franca, Antonio Fanlo, Eduardo Blanchard, Teodoro Ríos, Fernando Ríos, Ramón Sainz de Varanda, Santiago Parra, Ignacio Bosqued, Juan Miguel Bergua, Federico Laguna, Jesús Ortíz, José Parra y José Joaquín Sancho Dronda. El capital inicial de la estación, suscrito por unos 200 accionistas, se elevó a doce millones de las antiguas pesetas y prácticamente todas las familias de Sallent compraron al menos una acción, a razón de 5.000 pesetas.

Tras meses de duro trabajo, realizado de forma completamente manual y en el que participaron los propios vecinos del valle, se inauguró el telesilla Furco. Tenía una longitud de 2.500 metros y podía transportar 600 esquiadores a la hora.

A la par que la estación nació la escuela de esquí de Formigal, que por aquel entonces contaba con dos únicos monitores, los hermanos Domec. Ellos fueron, durante años, los encargados de enseñar a calzarse los esquís a los turistas que llegaban a la nieve por primera vez. Ahora, esta escuela cuenta con más de 200 monitores y unos 10.000 clientes al año.

Y es que poco o nada tiene que ver la imagen actual de Formigal con la que presentaba hace décadas. En los 70, se puso en funcionamiento el segundo telesilla «Tres hombres» de un kilómetro de longitud y el primer telesquí Cantal de 600 metros. En la actualidad Aramón Formigal ofrece 137 kilómetros de pistas y una capacidad de transporte de 35.000 esquiadores a la hora.

En esta década, Ibercaja entró a formar parte del accionariado de Formigal, para rescatar a una estación que estaba en quiebra. Y fue a partir de entonces cuando se produjo la primera ampliación hacia el Valle de Izas. Ya entre los 80 y los 90, la estación se extendería hacia la zona de Crestas.

En el año 2002, Formigal entró a formar parte de Aramón, empresa pública –participada por el Gobierno de Aragón e Ibercaja– que actualmente gestiona las instalaciones. Desde entonces, se han invertido cien millones de euros, que han hecho de Formigal la mayor estación de esquí de España.

Y no solo eso, se ha convertido en un centro de ocio de primer orden. Es ahí donde, según su director, Antonio Gericó, radica el éxito de Formigal. «La gente ya no solo viene a practicar deporte, hay una gran oferta de ocio, de tiendas y gastronómica que hace que cada vez haya más afluencia de público», explica Gericó. De cara al futuro, los esfuerzos del centro se van a centrar en «captar al público internacional y apostar por la unión con el Valle de Aragón».

Para celebrarlo...

Los actos para celebrar este medio siglo de vida arrancan hoy con un homenaje a quienes hicieron posible el «sueño de Formigal». Se celebrará esta tarde en la sala Tralalá del edificio Tebarray, desde donde salía el antiguo telesilla Furco. Se espera que más de 250 personas asistan a esta gala, conducida por Joaquín Prat. El evento acabará con un espectáculo de luz y fuego. Mañana Formigal vivirá el gran concierto de la temporada, que correrá a cargo de Carlos Jean y las djs australianas Miriam y Olivia Nervo, una referencia mundial en su ámbito.

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