La tormenta de Santa Rosa suele despedir el invierno austral a finales de agosto. Pero esta vez retrasó su aparición para despedirse junto a las posibilidades de Madrid de organizar los Juegos Olímpicos de Madrid 2020. Bajo el aguacero las ilusiones de los españoles se desvanecieron y la organización brindó una serie de errores y puntos de descoordinación poco frecuentes en los grandes eventos.
Durante la tercera presentación del día, la de Madrid, la imagen se perdió por los problemas de la tormenta en la señal servida a España. En cambio, los argentinos pudieron seguir el desarrollo completo a través de los canales deportivos, escuchar a Pau Gasol y ver el vídeo promocional de los deportistas capitaneado por el propio jugador de Los Lakers, Nadal y los futbolistas Iniesta, Casillas y Cristiano Ronaldo. Tampoco pudo seguirse en el centro de prensa: los monitores emitieron la nieve que no llegó a descargar Santa Rosa. Por si fuera poco, la tormenta también acabó con los controles de acceso a los lugares de trabajo de la prensa a la espalda del lujoso barrio de Puerto Madero. Aquellos que quisieron entrar solo debieron pasar sus grandes bolsas y penetraron sin ningún tipo de control o cacheo.
Dentro de la sala de los miembros del COI los errores también se sucedieron. Los problemas con los micrófonos se repitieron y hasta hubo problemas con el sistema de votación electrónico en su primera prueba. Tampoco la organización confirmó la ausencia de Patrick Chamunda, miembro de Zambia que según L’Equipe fue ingresado en un hospital de Buenos Aires por un problema cardíaco. Los votos totales en la primera votación (94) y la ausencia de nulos y abstenciones permitieron calcular que la ausencia era cierta.
En la carpa preparada para los medios de comunicación, a la que confinan a los periodistas para tener controlada la información que quieren que reciban, las dificultades se multiplicaron. Algunos lugares no contaron con electricidad para sus herramientas. Con temperaturas inferiores a los 20 grados los organizadores decidieron aplicar del aire acondicionado para enfriar más el ambiente.
La organización decidió elegir la traducción y la señal en las pantallas principales de la rueda de prensa de Turquía mientras la presentación oficial de Tokio estaba en pleno desarrollo.
La única fuente de alimentación contó únicamente con dos personas para más de 2.000 periodistas, la cafetera se quemó al inicio de la mañana y repartió el olor a chamusquina por todo el área. Los aseos se situaron fuera de las zonas interiores, con lo que debieron contar con un paragüas para no mojarse antes de proceder a sus tareas de higiene. Las goteras también amenazaron los plásticos que cubrían las cabezas de los informadores y el agua se coló por algunas entradas al recinto.
Al final Santa Rosa se despidió del Río de la plata, aunque en esta ocasión la tormenta alcanzó la inesperada tierra de Madrid porque la decepción arrastró desde Buenos Aires hasta la capital española.