El papa Francisco, contundente ante el clero y la clase política mexicana.

De no ser por la virgen de Guadalupe, no iría a la capital de México. Son las palabras del papa Francisco,...

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De no ser por la virgen de Guadalupe, no iría a la capital de México. Son las palabras del papa Francisco, cuenta su círculo cercano, semanas antes de emprender su viaje oficial al país norteamericano.Deseo expreso del pontífice que este sábado, en la madrugada española, se ha hecho realidad. Bergoglio ha podido visitar su basílica, tener unos minutos de recogimiento frente a su imagen, y oficiar una misa ante 5.000 personas dentro y unas 30.000 fuera, al sol, donde se han llegado a denunciar los casos de pederastia del clero mexicano con desnudos femeninos y polícias que antes de intervenir han realizado fotografías con sus teléfonos móviles. En esta ocasión el papa se ha centrado en un discurso eminentemente religioso, pero con mensajes puntuales contra la exclusión social y a favor de la reconstrucción de un país que ponga en valor a su mayoritaria población juvenil. Palabras que han sonado menos duras, eso sí, que las pronunciadas tan sólo unas horas antes. En la catedral, con duros reproches a los obispos mexicanos presentes y su denunciada vida elitista, alejada de la gente y en ocasiones muy cerca del poder y del narcotráfico y poco contundente contra la pederastia. Mensaje a la cara que también se ha producido ante las máximas autoridades del país, esta vez, en el Palacio Nacional. Ante el presidente del gobierno, Peña Nieto, el papa  ha denunciado las graves consecuencias de una sociedad que busca los privilegios de unos pocos en detrimento de la mayoría y que acaban siendo terreno fértil, dice, para la corrupción, el narcotráfico y otros males que sacuden al país. Una sociedad en la que urge, señala el Papa, la presencia de hombres y mujeres más justos y honestos que miren por el bien común.

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