Trump hace del nacionalismo el eje de su plan económico

La maquinaria propagandística del «vendedor» Donald Trump no se detiene. Sin siquiera haber tomado posesión, el presidente electo intenta dar una imagen de buen comienzo en los asuntos que más comprometió su palabra durante la elección presidencial: la creación de empleo y la mejora del bienestar de los trabajadores. En su última comparecencia, ayer, se jactó de haber conseguido 8.000 nuevos puestos de trabajo a cargo de compañías estadounidenses.

Las empresas no dejaron en buen lugar a Trump, cuando aseguraron en un comunicado que formaba parte de un anuncio de mayores proporciones realizado hace un mes. Satisfecho por la supuesta noticia, el magnate difundió en Twitter el que será el eje de su política económica: «Mi Administración seguirá dos reglas simples: comprar a americanos y contratar a americanos».

My Administration will follow two simple rules: https://t.co/ZWk0j4H8Qy

— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 29 de diciembre de 2016

Trump está empeñado en demostrar que existe un cambio de rumbo económico en el país. El decisivo apoyo de muchos trabajadores en los estados industriales, que originó el vuelco en su favor, ha llevado al presidente electo a reforzar este mensaje. Pese a que la Administración Obama ha reducido la tasa de desempleo al 4,6 por ciento la más baja desde antes de la crisis, Trump intenta hacer ver que su política va a suponer un empujón. Su último hallazgo responde a las decisiones de la teleco Sprint y de la corporación de satélites OneWeb de generar 8.000 nuevos empleos en sus plantas. El presidente electo insinuó que es consecuencia de sus recientes gestiones telefónicas. Sin embargo, ambas compañías explicaron que se trata de una inversión global de 50.000 millones en varios años, que generará en total 50.000 empleos, anunciada a principios de diciembre, tras el compromiso del banco japonés SoftBank, que preside Masayoshi Son.

Aumenta la confianza

No es la primera vez que Donald Trump proclama que su llegada ya ha supuesto un giro en términos de empleo. Pocos días después de la elección, el nuevo presidente visitó una planta de la compañía Carrier en Indiana, donde garantizó la continuidad de la compañía. Además, los últimos días, el presidente electo ha exhibido el índice de confianza del consumidor en Estados Unidos, de un 113,7 por ciento, el más alto desde el año 2001.