Tillerson en Seíl
Tillerson en Seíl - REUTERS

Tillerson discute en Pekín sobre las disputas en el Mar del Sur de China

Las reclamaciones de islas en estas ricas aguas suponen otro foco de tensión en Asia

Pekín Actualizado: Guardar
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Además de la escalada militar en la Península de Corea, el secretario de Estado Tillerson discute hoy en Pekín sobre las disputas territoriales en el Mar del Sur de China. Junto al Paralelo 38, las reclamaciones de islas en dichas aguas son otro de los focos de tensión constante en Asia, ya que enfrentan al autoritario régimen chino con todos sus vecinos.

Tras la agresividad contra China demostrada durante la campaña electoral por el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está por ver la actitud que tome su máximo responsable diplomático, un antiguo ejecutivo de la petrolera ExxonMobil con un exitoso bagaje en el mundo de los negocios internacionales, pero sin experiencia en estas lides.

En enero, cuando ya había sido nominado como secretario de Estado y estaba explicando en el Senado cómo sería su política exterior, Tillerson se descolgó con unas explosivas declaraciones que no gustaron nada en Pekín.

Además de comparar su construcción de islas artificiales y arrecifes en el Mar del Sur de China con la anexión rusa de Crimea, abogó por detener su expansión y bloquear su acceso a tales aguas. Como no podía ser de otra manera, tan arriesgada propuesta fue recibida con furia por los medios oficiales chinos, que incluso amenazaron con una «guerra a escala total» y recordaron su capacidad nuclear si EE.UU. cortaba el acceso a su flota a unas aguas que consideran parte de su territorio nacional.

Desde entonces, Pekín ha seguido fortificando los islotes y arrecifes que ya controla en el Mar del Sur de China, según muestran las últimas imágenes tomadas por satélite. Esgrimiendo que su plataforma continental se extiende hasta dichas aguas, el régimen de Pekín reclama la soberanía de casi todo el Mar del Sur de China, un área de tres millones de kilómetros cuadrados que se disputa con Filipinas, Vietnam, Malasia, Taiwán y Brunéi. Además de ser rico en bancos de pesca y yacimientos de petróleo y gas, por este mar pasan cada año unos cinco billones de dólares en mercancías del comercio mundial, lo que les confiere gran importancia geoestratégica. Aunque China insiste en que su «colonización» es civil, ha construido bases militares y pistas de aterrizaje en islas y arrecifes artificiales. Ante las protestas de sus vecinos, EE.UU. ha desplegado a su flota para garantizar la libre navegación, lo que ha provocado varios incidentes que han elevado la tensión entre ambos países.

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