Una mujer salva la vida al encasquillársele el arma al terrorista
Una mujer salva la vida al encasquillársele el arma al terrorista - YOUTUBE

Un restaurante de París donde murieron cinco personas vendió un vídeo del ataque yihadista por 50.000 euros

Los hechos pueden ser constitutivos de delito por entorpecer la la investigación de los atentados

Madrid Actualizado: Guardar
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Hay incluso quien puede sacar rédito de una desgracia como los atentados de París. Durante las horas que siguieron al asalto de Saint Denis, numerosas imágenes mostraron a los vecinos del barrio vendiendo sus vídeos sobre la operación policial que acabó con la vida de tres terroristas. Pedían 200 euros por vídeo asegurando total exclusividad. Ahora, se ha sabido que el propietario del restaurante Casa Nostra, uno de los objetivos de los ataques, donde murieron cinco personas en el fatídico viernes, se atreve a ir mucho más lejos.

Seis días después de los atentados, el tabloide británico ‘Daily Mail’ publicó en su web las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad del restaurante mostrando la violencia del tiroteo, que se produjo a las 22.34 horas.

La gente está cenando cuando aparece un tipo armado con un kalashnikov que empieza a disparar desde la calle. Varias personas logran protegerse. Una joven tendida bajo una mesa salva su vida porque el arma del terrorista se encasquilla. Es básicamente lo que recoge la grabación.

Por ese vídeo, el dueño de Casa Nostra habría recibido 50.000 euros de los periodistas ingleses, según una información revelada este lunes por ‘Le Petit Journal’ de Canal + que ha causado una profunda indignación. Los hechos pueden, además, ser constitutivos de delito por entorpecer la la investigación de los atentados. La negociación se produjo la mañana después de los atentados, tan solo un par de horas después del suceso. El periodista independiente Djaffer Ait Aoudia, un antiguo colaborador de Arte, Mediapart y France, pasó la mañana del 14 de noviembre en la Casa Nostra donde debía preparar un reportaje sobre los hechos. Allí se encontró a un grupo de periodistas británicos, muy interesados en hacerse con la grabación a cualquier precio. Aoudia ayudó en la intervención traduciendo la conversación entre los reporteros y el propietario pero decidió grabar el encuentro a modo de denuncia.

El dueño mostró las imágenes desde su móvil aunque estás habían sido encriptadas por la policía que las ha sumado como pruebas a la investigación. Un hacker se encargó de desencriptarlas más tarde para que sean visibles. La puja comenzó con la suma de 12.000 euros y tras hablar con más de siete personas los periodistas cerraron el trato en 50.000 euros. Una suma que se pagó en efectivo, casi toda en billetes de 50 euros.

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