La primera reunión entre el PD y el M5E para formar gobierno en Italia concluye «sin obstáculos insalvables»

El ministro del Interior, Matteo Salvini, da marcha atrás tras convocar la moción de censura y ofrece ahora a Di Maio la jefatura del Ejecutivo para evitar un gobierno de izquierdas

El vicepresidente italiano en funciones y líder del M5E, Luigi Di Maio, antes de la reunión con representantes del PD de esta mañana EFE

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Después de dos horas de reunión, el primer encuentro del Movimiento 5 Estrellas y el Partido Democrático para negociar una mayoría parlamentaria concluyó esta tarde. Se comenzó con cierto recelo mutuo, pero finalmente la delegación democrática destacó que la reunión se desarrolló en «un clima positivo, sin que se hayan visto obstáculos insalvables». El M5E p artió con una condición no negociable : o se reducen 315 parlamentarios (actualmente las dos cámaras tienen en total 915 escaños), o salta todo y no hay acuerdo posible o no habrá acuerdo posible. Seguramente el PD tendrá que ceder , pero la negociación empieza cuesta arriba.

«La reducción de los parlamentarios se debe hacer de inmediato, pero ya veo que los del PD pelean entre ellos», dijo Di Maio. Además de la surrealista crisis de gobierno que vive el país, los italianos han descubierto otra crisis dentro de los dos partidos que tienen más posibilidades de formar una mayoría alternativa, el PD y el M5E.

Guerra en el PD

En el seno del PD, como ha destacado Luigi Di Maio, hay una especie de guerra que se ha hecho pública hoy entre el exprimer ministro y exsecretario del partido, Matteo Renzi y la actual dirección, encabezada por Nicola Zingaretti. Renzi acusa a su sucesor en la jefatura del gobierno, Paolo Gentiloni, de haber intentado saltar el acuerdo entre el PD y el M5E. En un audio de casi cinco minutos publicado hoy por todos los medios italianos y grabado mientras Renzi habla en su escuela de formación política para jóvenes, el exprimer ministro utiliza palabras durísimas contra Gentiloni porque este habría trasladado al M5E una condición innegociable para formar gobierno: la no reducción de los 315 parlamentarios que exige el partido «grillino».

Además, cosa grave, Renzi plantea en ese audio una escisión interna en el Partido Democrático antes de las elecciones: «En el PD, si hay ruptura de la negociación con el M5E, será un caos. No es seguro que el partido llegue unido a las elecciones», afirma Renzi. Es de dominio público que Renzi trabaja con esa hipótesis de formar su propio partido y desligarse del PD. El grave problema e interrogante que plantea el enfrentamiento de Renzi con la actual dirección es cómo este partido, hoy en crisis de liderazgo y dividido , puede dar estabilidad a un gobierno que la necesita para sacar al país de la crisis. El secretario del partido, Nicola Zingaretti, ha respondido a Renzi diciendo que sus «acusaciones son ofensivas».

Ofrecimiento de Salvini

Las incógnitas son también conisderbale en el Movimiento 5 Estrellas, porque su jefe político, Luigi Di Maio, ha mostrado una gran incapacidad como gobernante. En solo 14 meses de gobierno, el M5E ha pasado de un 34 por ciento que obtuvo en las elecciones del 4 marzo de 2018, a la mitad. Di Maio parte en esta negociación con una cierta debilidad, y con el temor a ser un personaje de segunda fila. Matteo Salvini, consciente del grave error que cometió al declarar la crisis de gobierno, y temiendo pasar a la oposición, ha llegado a ofrecer ahora a Di Maio la jefatura de gobierno para que continúe en el poder la coalición populista M5E-Liga. El M5E, por seguridad, no ha roto definitivamente con la Liga, porque si fracasa su negociación con el PD, podría volver a tratar con Salvini.

Ultimátum de Mattarella

Se comprende perfectamente que el presidente de la República, Sergio Mattarella, esté irritado con los partidos políticos y les diera ayer un ultimátum. Tienen cinco días, hasta el próximo martes cuando se reanudarán las consultas, para sugerirle el nombre de un posible primer ministro para encargarle la formación de gobierno. Mattarella les había metido prisa y esperaba que ya en la primera ronda de consultas, las que mantuvo el miércoles y jueves, se hubiera vislumbrado algo de claridad sobre la crisis. Pero desde que fue abierta el 8 de agosto por el líder de la Liga, nada se avanzó y los partidos se presentaron al Palacio del Quirinal sin haber hecho las tareas.

Sergio Mattarella, que es un presidente honesto y riguroso, les hizo ver que no está dispuesto a que en el Palacio del Quirinal se haga el mismo juego que en los palacios romanos, donde los políticos dicen todo y lo contrario de todo. A los ojos del presidente, la crisis desencadenada por Salvini en agosto ha sido una especie de locura , y así lo dio a entender publicamente tras sus consultas con los partidos.

Aunque Matarella es cauto, no pudo disimular su gesto preocupado y serio, advirtiendo con un ultimátum que si no se forma una mayoría parlamentaria con un programa serio que dé ciertas garantías para llegar hasta el 2023 , final de la legislatura, sería inútil proseguir con las negociaciones y las consultas. El riesgo para Italia es que si se forma un gobierno débil que termine en breve su andadura parlamentaria, la Liga de Salvini podría arrasar en las siguientes elecciones. Por eso Mattarella les ha dicho que no admitirá ambigüedad: o ve garantías de un gobierno sólido con un programa creíble, o convoca al país a las urnas.

Italia, inmóvil

La actitud de Mattarella, intentando poner firme a la clase política, recuerda a la de su antecesor, Giorgio Napolitano , cuando en abril de 2013, con sus 87 años, lanzó un durísimo discurso al Congreso y al Senado , en una sesión conjunta, empleando palabras que hoy tienen absoluta vigencia: «No se han dado soluciones satisfactorias a las peticiones de reformas», dijo, destacando «las contraposiciones entre los partidos, lentitud, dudas sobre las decisiones a adoptar, cálculos por conveniencias, obsesión por la táctica y la instrumentalización política». Las mismas palabras podría decirlas hoy Mattarella. Han pasado seis años. En Italia todo sigue igual.

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