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Imagen de archivo - EFE

Dos niñas sirias mueren ahogadas en el Mediterráneo al volcar su balsa

Si esta semana la imagen del niño sirio Omran Daqneesh centraba el foco en las víctimas infantiles de Alepo, dos pequeñas sirias, de 5 años y 8 meses, se unen a una cifra que no deja de crecer de muertes en el Mediterráneo

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Dos niñas sirias, de cinco y ocho meses respectivamente, han sido las últimas víctimas recuperadas del mar Mediterráneo. Sus cuerpos, junto a los de parte de su familia y compañeros del bote que los transportaba de Libia a Italia, fueron encontrados ayer. Junto a las pequeñas, se habrían recuperado los cadáveres de otras 3 personas, y otro niño, también de cinco años de edad, permanece desaparecido.

El bote, «pequeño y de madera», que transportaba a ocho familias de nacionalidad siria, volcó a unas 22 millas náuticas de la costa libia, según informa la Estación de Ayuda Costera a Migrantes (MOAS). Los 21 refugiados supervivientes fueron atendidos por la ONG española Proactiva Arms, que fue advertida por unos pescadores que faenaban en la zona.

«Llevaban muchas horas navegando y varias en el agua, se ahogaban, no podían más», relata la organización.

Tras el acuerdo migratorio entre la Unión Europea y Turquía, decenas de familias sirias eligen la ruta del Mediterráneo Central, una de las más peligrosas, como el camino para escapar de la guerra. Sólo este martes, más de 500 personas fueron rescatadas en su ruta de Libia a Italia, normalmente en pequeños botes de madera o lanchas de plástico.

El caos libio favorece la proliferación de mafias de tráfico de personas, que organizan viajes de unas 5 horas hasta Europa para inmigrantes y refugiados subsaharianos, pero también sirios. Cada trayecto puede llegar a costar unos 2.000 euros, aunque los precios varían según la peligrosidad: cuanto más atestado el bote, o si se trata de una lancha de plástico, más barato. Una situación de la que ha tomado parte Daesh, que secuestra o exige un pasaje a los refugiados que cruzan sus zonas de control, según diversos informes y testimonios de refugiados.

El destino de estas niñas sirias, ahogadas en el Mediterráneo, recuerda al del pequeño Aylan Kurdi, cuyo cuerpo fue encontrado varado en una playa turca el pasado mes de septiembre. Su fotografía atrajo la atención internacional sobre el drama de las víctimas más pequeñas de la guerra. Esta misma semana, la imagen de otro niño, Omran Daqneesh, rescatado de un bombardeo, confuso y herido en una ambulancia de los Cascos Blancos sirios de Alepo, ha acaparado portadas internacionales. Miles de niños son víctimas de la guerra en Siria, tanto si se van, como Aylan, como si se quedan, como Daqneesh.

Como Omran, como Aylan y como las dos niñas anónimas, al menos un tercio de los niños sirios tiene menos de cinco años: sólo han vivido una guerra que ya se ha cobrado más de 400.000 vidas (unos 50.000 eran niños, según estimaciones de organismos internacionales) y ha generado más de 4 millones refugiados y más de 7,6 millones desplazados internos. Entre enero y julio de 2016, el 27% de las llegadas a Europa eran menores, informa el Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR).

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