La ONU mandará observadores a Yemen tras la frágil tregua

Según el proceso de paz de Suecia, los hutíes deben salir de Hodeida antes del día 31

Un combatiente yemení leal al presidente que respalda Arabia Saudí AFP

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La primera jornada de tregua en la ciudad portuaria de Hudeida , a orillas del Mar Rojo, discurrió con enfrentamientos aislados y cruce de acusaciones entre Gobierno de Yemen y rebeldes hutíes sobre violaciones del acuerdo alcanzado en Suecia tras una semana de intensas negociaciones cara a cara. Las armas no callaron del todo, pero fuentes de Naciones Unidas aseguraron que hubo una «interrupción» de los combates que se producen desde junio e informó de que «un comité de coordinación empezará a trabajar en las próximas 24 horas ». Según la cadena Al Yasira, el organismo internacional desplegará en primer lugar un «pequeño equipo» para evaluar la situación y decidir el número de observadores necesario para supervisar el alto el fuego y la retirada de los rebeldes y de las fuerzas leales al gobierno que les rodean. Los primeros controlan la ciudad y el puerto, y los segundos mantienen sus posiciones al sur y este de Hudeida.

Esta no es la primera tregua que se anuncia en los últimos cuatro años de guerra gracias a la mediación de la ONU, pero hasta ahora todas han fallado. En esta ocasión, la relevancia del cese de las hostilidades radica en la importancia capital que tiene este puerto marítimo para la entrada de la ayuda humanitaria que precisan de manera urgente millones de yemeníes. El proceso de paz de Suecia culminó con una hoja de ruta específica para este puerto que marca que, una vez instaurado el alto el fuego, los hutíes deberán retirarse de Hodeida, y de los puertos vecinos de Al Salif y Ras Isa el 31 de diciembre, mientras que las fuerzas progubernamentales tienen que abandonar sus posiciones antes del 7 de enero.

Pulso regional

El problema para que la iniciativa de la ONU salga adelante es la enorme desconfianza entre dos bandos que se han convertido en los peones sobre el terreno del gran pulso regional que libran Arabia Saudí e Irán. Riad respalda a las fuerzas gubernamentales y Teherán a unos hutíes que en realidad son zaidíes, una confesión derivada del chiismo, aunque se les conoce como hutíes por el clan que lidera al grupo desde 2004.

Doce millones de yemeníes sufren «graves carencias alimentarias», según los datos de la ONU, y como recordó el director general del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Davis Beasley, Hudeida «es clave para llevar suministros humanitarios y comerciales al país, dado que Yemen importa casi todos los alimentos» y el 70% de ellos entra por este camino que los saudíes mantienen bloqueado pues creen que por aquí también envía Irán armas a los rebeldes.

Los informes que las organizaciones humanitarias elaboran sobre el terreno arrojan datos que demuestran que después de cuatro años de conflicto, el hambre se ha convertido en un arma de guerra, que golpea de forma especial a los menores . Save The Children advirtió en septiembre sobre una «hambruna de magnitud sin precedentes» y elevó a 5,2 millones el número de menores en riesgo de padecer hambruna.

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