Jerusalén estrena puestos móviles para hacer el test de coronavirus en la calle

En la primera fase de prueba realizan apenas 300 test por día, pero la cifra irá creciendo de forma progresiva

El primer puesto móvil para realizar test de coronavirus en Jerusalén M. A.

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Un contenedor amarillo en un aparcamiento próximo a Mea Shearim, bastión de los judíos ultraortodoxos en Jerusalén. Los vecinos se acercan con una mezcla de curiosidad y preocupación, lo hacen en orden y cumpliendo con las normas de los operarios de Magen David Adom (MDA), el servicio de emergencias de Israel . Las banderas blancas con la estrella de David roja en medio señalan la presencia del primer puesto móvil para realizar test de coronavirus en Jerusalén.

«Hemos elegido este lugar porque la comunidad de judíos ultraortodoxos es una de las más afectadas , además no tienen coche la mayoría para ir a los puestos de test que tenemos a las afueras de la ciudad», informa Israel Weingarten, paramédico que lleva diez años trabajando en MDA. Piensa que «este sistema lo hace todo más fácil y rápido». Para los vecinos es sencillo porque está cerca de su casa y para nosotros porque nos permite hacer las pruebas con más seguridad desde el interior del contenedor y sin tener que cambiar de EPI, antes teníamos que ir casa por casa…», recuerda Weingarten.

M. A.

El contenedor es fruto de la cooperación entre la MDA y el Ejército y ya se están preparando nuevas unidades para instalarlas en otras ciudades del país. En la primera fase de prueba realizan apenas 300 test por día, pero la cifra irá creciendo de forma progresiva. La prueba dura apenas 40 segundos y se informa del resultado a cada paciente en un máximo de 72 horas. En el interior del contenedor seis operarios pueden trabajar al mismo tiempo, llevan la mascarilla puesta, pero no hay contacto directo alguno con el paciente, todo se realiza a través de unos guantes especiales que salen de dos orificios perforados en el cristal y lo único que deben hacer es limpiar con gel esos guantes cada vez que llega una persona nueva.

Aunque Israel fue uno de los primeros países en cerrar sus fronteras e imponer restricciones a la población, las medidas de choque para frenar la pandemia en la comunidad religiosa llegaron tarde y por eso se han convertido en el principal foco de infección del país . Los ultraortodoxos o jaredíes (temerosos de Dios) suponen un once por ciento de la población del país y lugares como Bnei Brek, al sur de Tel Aviv, o barrios como Mea Shearim, han tenido que ser cercados por las fuerzas de seguridad para que se respetaran las normas de confinamiento.

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