Guerra de fechas en Portugal para convocar elecciones anticipadas

Los comunistas acusan al presidente Rebelo de Sousa del adelanto electoral y de provocar inestabilidad política

Los conservadores creen que Costa es el responsable porque cree que puede conseguir mayoría absoluta

António Costa, con sus ministros tras el rechazo en el Parlamento a sus Presupuestos para 2022 Efe
Francisco Chacón

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Todos contra todos, como en uno de aquellos fados políticos que se cantaban en otras décadas. Así es el tablero resultante de la no aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de Portugal para 2022.

Uno de los protagonistas directos de la crisis, el Partido Comunista , pone en la picota incluso la supuesta «neutralidad» del presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa , y le acusa de convertirse en «un factor de inestabilidad» debido a su insistencia en convocar elecciones anticipadas. Es la prueba de que arrecia la tormenta en Lisboa y de que los acontecimientos que se precipitaron esta semana no parecen aún bien digeridos ni por unos ni por otros.

La líder del Bloco de Esquerda , Catarina Martins , ya lo advirtió: «Si no se aprueban los presupuestos es porque [los socialistas] no quieren». «Tal vez hasta deseaban esta crisis política», señaló sin tapujos, lanzando los dardos que antes daban paso a los apretones de manos y las sonrisas. Ya no.

Una opinión compartida desde algunos sectores de la derecha, que apuntan al objetivo del primer ministro, António Costa , en el sentido de no mover demasiadas piezas en la mesa de diálogo porque su deseo se centra en perseguir la mayoría absoluta que se le escapó por poco en los comicios de 2019 (lograron 108 escaños, cuando el umbral para no depender de sellar acuerdos puntuales está en 116 diputados en la Asamblea de la República).

Esos ocho escaños se han erigido en la gran pesadilla del PS, que hasta ahora conseguía fácilmente cualquier pacto, pero que ha colmado la paciencia de la izquierda radical exigiendo unos apoyos que, en realidad, venían beneficiando exclusivamente a la formación que se asienta en el Largo do Rato lisboeta.

‘Geringonça’

Por eso, ni el PCP ni el Bloco han dado su brazo a torcer y ahora aguardan acontecimientos sin apenas intención de resucitar la ‘geringonça’, que los ligó de 2015 a 2019, es decir, en la anterior legislatura. ¿Por qué esa palabra, que significa ‘invento’ o ‘artilugio’? Porque se trataba de procurar un sustitutivo del término ‘coalición’, algo que nunca existió entre ellos por la sencilla razón de que ninguno de los dos partidos de la extrema izquierda entró en el gabinete de Costa (ni se les ocurrió reclamarlo).

Mientras Marcelo Rebelo de Sousa se decide a anunciar públicamente cuándo serán los comicios adelantados , la guerra de fechas se ha desatado en toda regla.

Lo más probable es que se celebren a finales de enero, pero dos opiniones expresadas en las últimas horas pueden deparar sorpresas, típicas del horizonte lusitano. Así, el ministro de Economía, Pedro Siza Vieira , aboga por «una convocatoria lo más rápido posible», con el fin de «minimizar el impacto de la inestabilidad en la situación económica».

A su juicio, Portugal vive un momento de «perturbación política», según explicó justo después de que otro ministro, el de Asuntos Exteriores, Carlos Santos Silva , manifestara que las turbulencias actuales «han sido provocadas por los que tiran piedras», en referencia a los ‘cachorros’ del Bloco de Esquerda, partido equivalente a Unidas Podemos.

Preparar las primarias

Por otro lado, ha salido a la palestra Paulo Rangel , candidato de peso a liderar a los conservadores del PSD (que no tiene nada de socialdemócrata pese a que lo reflejen sus siglas y sí, en cambio, de centro-derecha), quien prefiere una convocatoria el 20 o el 27 de febrero… porque le daría más tiempo a preparar las primarias del 4 de diciembre y a recomponer una formación lastrada por la inacción de Rui Rio , su contrincante en el próximo cara a cara. En plena expectativa sobre si el ex primer ministro Pedro Passos Coelho dará un paso al frente y regresará a la vida política, como un sector del PSD parece anhelar, el desafío interno en sus filas está servido.

Lo explica gráficamente para ABC el exsecretario de Estado y prestigiosa voz centroderechista Francisco Almeida Leite : «Ahora veremos qué pasa en este contexto que se ha precipitado, aunque ninguno será tan fuerte como Passos Coelho, único a la hora de unir a toda la derecha, incluidos Iniciativa Liberal y CDS-PP». Además, proclama desde su atalaya: «Será importante ver a quién apoyará Carlos Moedas , otro rostro emergente desde que le arrebató la alcaldía de Lisboa al socialista Fernando Medina hace solo unas semanas».

El rompecabezas político constituye una realidad en este Portugal resultante de la negativa a aprobar los nuevos presupuestos, en el momento en que los datos económicos son, eso sí, menos malos que en la vecina España. De esta forma, el PIB creció en tierras lusitanas un 2,9% a lo largo del último trimestre y la inflación no sobrepasa el listón del 1,8% (5,5% en nuestro país). Este ‘respiro’ contrasta, no obstante, con un apunte demoledor: uno de cada cinco portugueses se encuentra en riesgo de pobreza extrema.

Por si acaso el panorama da un giro absoluto, el Gobierno socialista quiere sacar adelante más pronto que tarde ciertas medidas que tenía en cartera, como el proyecto de ley de eutanasia , que fue vetado por el presidente y ha sido reformado.

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