Francisco de Andrés

Sombras chinescas

Lo que en enero fue calificado como el «Chernobil chino» ha acabado con la amenaza de colapsar el mundo libre

La imagen de Xi Jinping hablando del coronavirus, en una pantalla gigante en una calle de Pekín AFP

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La economía china crecerá este año por debajo de la cifra de 2019 –que supuso un 6,1 por ciento de incremento respecto al anterior– por el impacto del coronavirus, pero todo indica que el régimen anunciará hoy un crecimiento significativo de su gasto militar. El mensaje que quiere dar al mundo el régimen comunista es claro: su poderío militar será en el futuro un factor disuasorio para quienes pretendan plantarle cara. La Alianza Atlántica ya advirtió hace tiempo de que las reglas del juego están cambiando, y que la nueva amenaza militar de China no está tan lejos como algunas capitales europeas creen, aunque solo sea porque los misiles de Pekín ya pueden alcanzar fácilmente territorio de la UE.

Desde que se expandió en marzo la pandemia del covid-19, China ha respondido a las críticas mundiales con una escalada retórica sin precedentes, y ahora quiere mostrar también sus misiles. «Estos son mis poderes», es el mensaje no tan sutil que pretende lanzar el dictador comunista Xi Jinping, con la Asamblea Nacional Popular de los más de 2.000 títeres del partido como decorado.

Xi no quiere dar la cara y permitir una investigación internacional del origen del coronavirus, y por eso recurre a todo tipo de subterfugios. Sin una pesquisa independiente sobre lo ocurrido en Wuhan es imposible conocer qué hay de cierto en la propaganda triunfalista de Pekín –que afirma haber vencido la pandemia en el país– y qué parte son meras sombras chinescas, esos efectos ópticos teatralizados para confundir al espectador. Lo cierto es que el mundo occidental sigue atrapado por una epidemia que salió de China. Seguimos sin saber cómo es posible que el coronavirus viajara desde Wuhan a Europa primero, y después a América, sin rozar apenas las grandes urbes chinas de Pekín y Shanghai. Lo que, en el inicio, fue recibido por algunos analistas no tan finos como el «Chernobil chino», aquel accidente nuclear que contribuyó al hundimiento de la Unión Soviética, ha resultado ser un episodio que amenaza con colapsar el mundo libre.

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