Estados Unidos asegura que habrá acuerdo comercial con Reino Unido antes de final de año

Será un año intenso para Reino Unido, lleno de negociaciones que al menos con el país norteamericano empiezan con buen pie, dado el interés que han mostrado desde hace meses

Boris Johnson firma el acuerdo de salida de la UE EP

Ivannia Salazar

Un acuerdo entre el Reino Unido y los Estados Unidos «es una prioridad absoluta del presidente Trump y esperamos completar eso este año, lo que creemos que será excelente para ellos y para nosotros», aseguró el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, durante una rueda de prensa en Davos. Quedan solo unos días para que la promesa del primer ministro británico Boris Johnson de sacar al Reino Unido de la Unión Europea sea una realidad y los siguientes pasos ya están en marcha. Una de las ambiciones del gobierno británico tras el divorcio es poder llegar a un importante acuerdo comercial con Estados Unidos, uno de sus principales socios comerciales.

Será un año intenso para Reino Unido, lleno de negociaciones que al menos con el país norteamericano empiezan con buen pie, dado el interés que han mostrado desde hace meses. Así lo confirmó en el mismo encuentro con la prensa el ministro de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross , quien hizo una comparación de las relaciones entre Londres y Washington y entre Londres y Bruselas, al afirmar que «hay menos problemas entre el Reino Unido y los Estados Unidos que entre el Reino Unido y la Unión Europea. Nuestras economías son bastante similares». Además, añadió que «ambas están muy orientadas a los servicios, con una gran cantidad de servicios financieros y ya existe un alto grado de integración y coordinación. Por lo tanto, esto debería ser más fácil».

La respuesta desde Londres fue menos entusiasta , aunque también positiva y en un tono un poco más prudente. Así, un portavoz de Downing Street señaló que «una vez que salgamos de la Unión Europea dentro de una semana, podremos comenzar a hablar con países de todo el mundo, incluido Estados Unidos» y añadió que ambas potencias «hemos dicho claramente en público que queremos un acuerdo de libre comercio lo más ambicioso y lo más rápido posible».

Estas declaraciones se producen justo en un momento en que el gabinete británico está en medio de intensas reuniones destinadas a establecer la estrategia y el calendario previo para llevar a cabo las negociaciones comerciales. También en Davos, fuentes del ejecutivo británico señalaron que la prioridad, posiblemente debido a la fecha límite que establece el acuerdo del Brexit y a la relación mantenida hasta ahora, es cerrar un trato con la UE. En todo caso, no se descarta que tanto las conversaciones con Bruselas como con Estados Unidos se produzcan de forma paralela.

Sin embargo, y pese a la buena disposición que muestran ambas partes, hay algunos temas que serán previsiblemente muy complejos a la hora de sentarse a la mesa. Uno de ellos, por poner solo un ejemplo, es el despliegue en el Reino Unido de la t ecnología china de Huawei en su red móvil 5G . Los aranceles a los coches, los impuestos a las grandes empresas tecnológicas como Facebook y Google y los precios de los medicamentos son otros puntos clave.

Las primeras grietas ya se van notando entre ambos países. Mientras el canciller británico, Sajid Javid, ha asegurado que Reino Unido seguirá adelante con su plan de aumentar en al menos un 2% los impuestos a los servicios digitales a partir de abril, aunque aclarando que «es un impuesto que está deliberadamente diseñado como un impuesto temporal», Mnuchin respondía que esto supone un trato discriminatorio para las multinacionales estadounidenses y amenazó con que habría represalias. «Si la gente quiere poner impuestos arbitrariamente a nuestras compañías digitales, consideraremos poner impuestos arbitrariamente a las compañías automotrices». Y dijo estar seguro de que «el presidente (Trump) y Boris (Johnson) también hablarán sobre eso. Es un tema importante». Según datos publicados por el periódico The Guardian, prácticamente uno de cada cinco vehículos fabricados en el Reino Unido se exportan a los Estados Unidos, por un valor de casi diez millones de euros, y es un mercado muy importante para fabricantes como Jaguar, Land Rover y Aston Martin .

A todo esto se suma uno de los temas que más preocupa a los ciudadanos británicos: el del servicio nacional de salud , el NHS, que ya estuvo en el centro de la polémica el año pasado cuando los laboristas denunciaron que el objetivo del Gobierno de Johnson es «vender el NHS» y sacaron a la luz un documento en el que daban a conocer algunas conversaciones, que resultaron ser muy preliminares, entre estadounidenses y británicos al respecto.

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