Escándalo en Bélgica por el vídeo de la muerte de un hombre bajo custodia policial

Aunque es poco probable que los hechos desencadenen un movimiento como el que se ha producido en Estados Unidos con el caso de George Floyd , las cosas dejan a la Policía federal belga y a la Justicia de este país en una situación poco presentable a causa de la aparición de un vídeo que demuestra que durante dos años se ha estado ocultando la muerte de un ciudadano eslovaco que fue violentamente reducido en una celda, mientras los agentes reían y hacían saludos fascistas. André Desenfants , el número 2 de la Policía federal, director general de la Policía Administrativa y responsable de los aeropuertos, anunció ayer que ha pedido ser apartado de sus funciones al menos mientras dure la investigación sobre los hechos que rodearon la muerte de una persona detenida en el aeropuerto de Charleroi en 2018 y que falleció en un hospital poco después de ser violentamente reducido por la Policía. El escándalo ha estallado tanto por los hechos en sí, incluyendo los gestos vejatorios de algunos agentes que hacían el saludo nazi mientras sus colegas aplastaban a la víctima , sino porque las autoridades superiores han admitido que dos años después no habían tenido ni siquiera conocimiento de los hechos. Tampoco la Justicia ha sido capaz de terminar la instrucción del caso para delimitar las responsabilidades.

El caso ha salido a la luz porque la viuda del fallecido ha hecho público el vídeo grabado por las cámaras de seguridad de la celda de Charleroi donde sucedieron los hechos. Todo lleva a pensar que hasta ahora los agentes que participaron en los hechos y la propia Fiscalía habían preferido mantener las cosas en un discreto segundo o tercer plano. Desenfants afirmó ayer publicamente que se acababa de enterar de lo sucedido por lo que el primer elemento de la investigación será saber cómo ha podido ocultarse algo así a su propia autoridad. La agente que ejecuta gestos fascistas de uniforme, ya ha sido apartada del servicio.

Los hechos se remontan al 23 de febrero de 2018 en el aeropuerto de Charleroi. Jozef Chovanec, de 38 años , había planteado dificultades al personal al abordar un vuelo con destino a Bratislavapor lo que llamaron a la Policía federal del aeropuerto que lo detuvo y lo llevó a una celda en sus instalaciones. Allí el pasajero procedió a dar cabezazos contra la puerta causándose diversas heridas abiertas, lo que obligó a la Policía a intervenir nuevamente para esposarlo y envolverlo en una manta. Un policía estuvo sobre él durante bastantes minutos, mientras otros reían y una agente levantaba el brazo. Trasladado a un hospital, murió días después de un fallo cardíaco.