EE.UU. detuvo y logró extraditar a un espía Chino en Bruselas

Washington eleva la tensión con Pekín, a la que el presidente Trump se esfuerza en señalar

Los tres responsables de la seguridad de EE.UU. durante su comparecencia ayer en el Senado Reuters

David Alandete

En una escalada sin precedentes de la tensión entre las dos mayores economías del mundo, el Gobierno de EE.UU. presentó ayer cargos contra un funcionario chino al que acusa de espionaje industrial y de sustraer información clasificada de sus subcontratas de defensa. La novedad del caso es que el acusado, Yanyun Chu , fue arrestado por el FBI en abril pasado en Bruselas, la capital de la Unión Europea, desde donde fue extraditado , según el auto de acusación hecho público ayer por un juzgado federal de Ohio.

Es la primer ocasión en que EE.UU. detiene a un espía chino en un tercer país para extraditarle y juzgarle después. El caso llega a los tribunales justo en un momento de máxima tensión entre Washington y Pekín por los aranceles mutuos , que han abierto una guerra comercial. Ayer precisamente el director del FBI, Christopher Wray , acusó durante una vista en el Senado a China de ser «la mayor amenaza en materia de inteligencia» a la que hoy en día se enfrenta Estados Unidos.

Según la acusación, desde 2013 el ahora detenido se hizo pasar por empleado de una universidad china que invitaba a dar conferencias a trabajadores de las contratistas de aviación del Pentágono, con la intención de extraerles información . En realidad, Yanyun es un agente del Ministerio de Seguridad Nacional de China, al que transmitía la información. Una de las empresas afectadas es GE, cuya sede está en Ohio y que presentó la demanda por la sustracción de diseños de hélices de motores a reacción.

Mientras un fiscal especial investiga los lazos de Donald Trump con Rusia, este se ha esforzado en hacer de China su principal antagonista en el plano internacional. Durante la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU del mes pasado, que presidió el propio presidente de EE.UU., este acusó directamente a China de intentar manipular las elecciones legislativas de noviembre para perjudicarle, ante la airada reacción del ministro de Exteriores de ese país, Wang Yi.

«Este caso no es un incidente aislado», asegura John Demers, secretario adjunto de Justicia de EE.UU.. «Es parte de una política económica nacional de desarrollo de los intereses chinos a expensas de EE.UU.. No podemos tolerar que una nación robe nuestras capacidades armamentísticas y nuestras investigaciones. No vamos a seguir tolerando que una nación extranjera recolecte frutos que no siembra».

La acusación de Pence

Ese es, desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, el tono habitual entre dos países que previamente mantenían una prudente distancia en asuntos diplomáticos y de inteligencia. La semana pasada, el vicepresidente norteamericano, Mike Pence , acusó abiertamente a China de ser «el cerebro que está detrás del robo de los avances tecnológicos norteamericanos».

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