El debate racista estalla en plena campaña electoral italiana

Berlusconi, favorito, promete más recursos contra los sin papeles y «la inseguridad»

Luca Traini, el autor del tiroteo racista en la localidad italiana de Macerata Reuters
Ángel Gómez Fuentes

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«Los inmigrantes son una bomba social, lista para explotar», manifestó anoche Silvio Berlusconi en televisión. Para el líder de Forza Italia, la inmigración debe ser una prioridad absoluta: «Hoy en Italia hay al menos 630.000 inmigrantes, de los que solamente el 5 por ciento tiene derecho a permanecer. El resto son una bomba social, porque viven de expedientes y de delitos. La inmigración es una cuestión urgentísima. Cuando estemos en el gobierno invertiremos muchos recursos económicos en seguridad», añadió Berlusconi, que hoy exulta al ver que el centro-derecha se sitúa primero en las encuestas, muy próximo al 40 por 100, porcentaje que supondría la mayoría parlamentaria.

Las declaraciones de Berlusconi se producen cuando Italia se ve conmocionada por la pesadilla del terror racista. Es una novedad en este país la «caza al negro» que lanzó en la mañana del sábado en Macerata el ultra Luca Traini , de 28 años, candidato de la Liga Norte en las elecciones locales en 2017, dejando heridas a seis personas originarias de Malí, Nigeria y Ghana.

Italia ha visto en sus calles los crímenes de la mafia y del terrorismo, pero nunca había podido imaginar que un día en una pequeña ciudad de una provincia tranquila, Macerata , con 43.000 habitantes en la región de Las Marcas, en la Italia central, se viviera por unas horas una redada racista, un crimen a la americana.

La preocupación es grande, porque el ataque racista se produce en plena campaña electoral . El ministro del Interior, Marco Minniti , ha lanzado la alarma: «Existe el riesgo de nuevos episodios como el de Macerata». El clima de odio racial ha crecido tanto en Italia que se temía que antes o después se iba a producir un acto terrorista de clara connotación racista como el ocurrido en Macerata. Era cuestión de tiempo.

El rencor nació a raíz de la crisis económica. Hay muchos millones de italianos con rabia porque no logran recuperar el bienestar que tenían antes de la crisis -4,7 millones viven en situación de pobreza-. El incremento de la inmigración , con casi 300.000 personas desembarcadas en Italia en los dos últimos años, ha hecho crecer numerosos grupos extremistas y xenófobos.

Eslóganes racistas de la Liga Norte

La extrema derecha de la Liga Norte, aliada electoral de Silvio Berlusconi, ha jugado con eslóganes racistas. Se ha producido así un fenómeno insólito: la palabra extranjero, que antes se identificaba casi exclusivamente con el turista, hoy se ha transformado para englobar a otras categorías -negro, inmigrante, clandestino, islámico…- opuestas a «italiano».

Las páginas de los periódicos se ven llenas de casos llamativos, algunos aparentemente banales, pero significativos. Otros son más graves: este sábado apareció en Facebook un fotomontaje con la cabeza decapitada de Laura Boldrini , presidenta de la Cámara de Diputados, el tercer cargo institucional del país, una destacada política de izquierdas siempre solidaria con los inmigrantes.

El fotomontaje de Laura Boldrini, que es natural de Macerata, iba acompañado de un terrible texto: «Decapitada por un nigeriano enfurecido; este es el final que debe tener, para que pueda apreciar el estilo de sus amigos…». El autor del post, de 58 años, que fue detenido el domingo, tenía su perfil lleno de imágenes violentas y de amenazas. El fotomontaje y el texto que lo acompañaba era una referencia a una joven, Pamela Mastropietro , 18 años, que fue asesinada presuntamente por un nigeriano y su cuerpo mutilado fue encontrado en dos maletas en un foso junto a una carretera. Su madre, tras el ataque racista de Macerata, ha declarado: «Comprendo la rabia de quien ha recorrido las calles de Macerata disparando».

En la tranquila Macerata se ha superado un límite y se ha roto una barrera. Su alcalde, Romano Carancini , del Partido Democrático, centro izquierda, lanza este grito de alarma: «Desde 2015 la ciudad ha cambiado. Hay muchísimos extranjeros. En Macerata, quien era racista, ahora se arma; y quien no lo era, ahora se está convirtiendo en racista».

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