Cuba llega tarde con sus vacunas para incidir en la vacunación ya en marcha de Latinoamérica

Estados Unidos comienza sus donaciones a la región y contrarresta la propaganda de Rusia y China

¿Puede causar la vacuna de Pfizer alguna reacción a los 15 días?

Un frasco de vacuna cubana Abdala AFP

Emili J. Blasco

El éxito de Cuba en desarrollar vacunas propias apenas tendrá impacto en el proceso de vacunación en Latinoamérica. Las dos vacunas que La Habana ha pedido ya certificar ante la Organización Mundial de la Salud (OMS) son menos competitivas que las principales vacunas de Estados Unidos y Europa . Según las autoridades cubanas, Soberana 02 tiene una efectividad del 62% (cifra suficiente, pero baja, similar a la de la china Sinovac, cuya eficacia ha sido cuestionada en varios países latinoamericanos); la otra vacuna, Abdala, alcanza una efectividad del 92% (como Moderna y Pfizer), pero lo hace con tres dosis en lugar de las dos inyecciones habituales.

Ambos preparados cuentan con la ventaja de plantear una menor exigencia de refrigeración (entre 2 y 8 grados) y quizás puedan ser ofrecidos a un atractivo precio . Sin embargo, llegan tarde para tener un impacto en el proceso de vacunación de la región, donde algunos países están avanzando rápidamente en la inmunización de su población, por lo que el aprovechamiento propagandístico de La Habana será reducido.

Cuba ha preferido no utilizar vacunas extranjeras, a pesar de que de haberlo hecho podía haber evitado parte de las 1.270 muertes por Covid registradas en la isla hasta la fecha. Además, tampoco está claro con qué rapidez va a poder producir el material de sus vacunas (difícil pensar en una producción masiva para la exportación), pues el propio Gobierno reconoce que tiene «serias dificultades» para la producción a gran escala, atribuyéndolas al embargo que sufre la isla.

El anuncio de Cuba de éxito en sus dos vacunas (sigue investigando en otras tres) coincidió la semana pasada con el que hizo Estados Unidos sobre el envío de 14 millones de dosis a sus vecinos hemisféricos, que se suman a los 20 millones que les hará llegar a través del mecanismo Covax de la OMS. Washington concretaba así su propósito de contrarrestar la «diplomacia de las vacunas» llevada a cabo por China y Rusia en las naciones americanas, que en realidad ha sido más retórica que efectiva.

Avanza la vacunación

Algunos países latinoamericanos están conociendo un repunte de contagios, en parte debido a las nuevas variantes y la reanudación de actividades, como el turismo, pero el avance de la vacunación en muchos lugares de la región está favoreciendo la progresiva vuelta a la normalidad.

En Chile , el 65% de la población ha sido parcialmente vacunada y el 54% se encuentra ya inmunizada (alguna de sus regiones ha alcanzado incluso la inmunidad de rebaño, con un 80% de doble vacunación en el caso de Magallanes); en Uruguay se trata del 63% y del 44%, respectivamente. El tercer país más avanzado en la campaña de vacunación es la República Dominicana , con un 44% de vacunados con una dosis y un 25% con la pauta completa. Los siguientes en población vacunada al menos con una dosis (lo que restringe cambiar a otra marca de vacuna, como la cubana) son Argentina (34%), Brasil (32,1%), Costa Rica (30%), El Salvador (24,5%), Panamá (22,3) y México (23,2%).

Esos porcentajes no han evitado las reinfecciones, dando lugar a dudas sobre la eficacia de las vacunas de Rusia y China (como en el caso de Chile y Argentina, respectivamente; debate que ha motivado que Costa Rica renuncie a la compra de dosis de Sinovac). Solo cuatro países están especialmente atrasados en la vacunación , con menos de un 5% de la población habiendo recibido una inoculación: Venezuela, Nicaragua, Honduras y Guatemala.

El Gobierno cubano dice haber administrado al menos una dosis de experimentación a 2,2 millones de personas (el 19% de la población), pero la aplicación de la pauta completa puede demorarse, pues su vacuna más efectiva necesita tres dosis.

Venezuela, que de momento solo ha adquirido vacunas a Moscú, ha anunciado que quiere comprar doce millones de dosis a Cuba; México y Argentina (además de Vietnam e Irán) también han expresado cierto interés en ellas. En cualquier caso, todo indica que –más allá del provecho económico que Cuba puede lograr, muy conveniente para el régimen– los preparados cubanos no van a pasar de un papel marginal en la vacunación latinoamericana.

Más vacunas de EE.UU. y Europa

Ni siquiera las vacunas chinas y rusas han tenido el amplio uso que los titulares de prensa en ocasiones podrían parecer indicar, a pesar de la «diplomacia de las vacunas» llevada a cabo por Moscú y Pekín, pues la vacunación en la región se está realizando mayoritariamente con preparados de Estados Unidos y Europa (AstraZeneca, J&J, Moderna y Pfizer).

Venezuela y Guatemala han adquirido vacunas únicamente a Rusia (a parte de las que les pueden llegar por el mecanismo Covax de la OMS, que hasta ahora ha estado repartiendo vacunas «occidentales»), y Chile y Argentina han contratado más vacunas de China (CanSino, Sinopharm y Sinovac) y Rusia (Sputnik V) que de sus competidores occidentales. Pero lo opuesto ha ocurrido en el resto de los países latinoamericanos, especialmente en México y Brasil , los dos países más grandes de la región, donde la preferencia por las fórmulas de EE.UU. y de Europa es notoria. De los 661,4 millones de dosis apalabradas por Brasil, 481,4 tienen esa procedencia, frente a 100 millones de dosis chinas y 80 millones de Sputnik V. De los 310,8 millones contratados por México, 219,8 millones son de vacunas 'occidentales', 67 millones de vacunas chinas y 24 millones de Sputnik V, según los datos de AS/COA.

Por su parte, una vez avanzada la vacunación de su propia población , Estados Unidos ha comenzado a suministrar vacunas al resto del mundo, contrarrestando la diplomacia rusa y china. Washington esperaba haber entregado para finales de junio un total de 80 millones de dosis, de los cuales 60 millones iban destinados al sistema de reparto Covax (20 millones de ellas para Latinoamérica). La Administración Biden anunció después la entrega de otros 55 millones de dosis , de los cuales 14 millones serían para Latinoamérica. A esas dosis, todas de Pfizer, hay que añadir un millón de vacunas J&J que EE.UU. ha entregado a México.

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