Una celda de la prisión panameña de «La Joya»
Una celda de la prisión panameña de «La Joya» - REUTERS

Las cárceles, el rincón más oscuro de Panamá

La Defensoría del Pueblo del país americano denunció las duras condiciones de vida que padecen los presos en un informe publicado en febrero de 2011

MADRID Actualizado: Guardar
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Panamá ha saltado a los medios de comunicación durante las últimas semanas tras la filtración de documentos del despacho de abogados Mossack Fonseca, papeles dados a conocer por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) y prueba de que mandatarios, personalidades públicas o sus familiares poseyeron sociedades offshore gracias a las gestiones del citado bufete. La lista de nombres publicada recoge nombres tan dispares como el del director de cine Pedro Almodóvar o el padre del primer ministro británico David Cameron, pero el foco de atención no se centra solo en los protagonistas, sino también las características fiscales del país americano. Una cuestión que ha servido para iluminar otro aspecto polémico: la vida en sus cárceles.

Este miércoles, el fotógrafo Carlos Jasso publicó un reportaje gráfico que muestra el día a día de los reclusos de «La Joya», prisión ubicada en la capital panameña. Las imágenes, tomadas para la agencia Reuters, revelan las nulas condiciones higiénicas, el hacinamiento y las carencias que sufren los presos. Una situación denunciada desde hace años.

En su informe «Una mirada al sistema penitenciario panameño», la Defensoría del Pueblo de Panamá lamentó en febrero de 2011 «las condiciones de las cárceles del interior del país, las cuales mantienen en común un alto grado de hacinamiento y en consecuencia una inadecuada infraestructura carcelaria». El documento, que detalla las carencias de esos recintos, hace hincapié en la ausencia «de ventilación y luz natural», en «las condiciones mínimas de higiene» o en «la proliferación de enfermedades infectocontagiosas» que pueden padecer los reclusos, dado que las garantías médicas son insuficientes. Las fotogafías de Jasso, que retratan la cotidianidad de los presos transexuales de «La Joya», sirven para denunciarlo. En una de las imágenes, el reo Miguel López vierte agua en una cacerola, ensimismado. Es seropositivo, portador de sida. Y aunque necesita tratamiento y fármacos, el citado estudio cuestiona que pueda recibirlos: «Al momento, por ejemplo, de la visita realizada al Centro Penitenciario 'La Joya', se constató que, a pesar de contarse con la Clínica Hospital Virgen de La Merced, los privados de libertad no podían tener acceso a la atención médica de la clínica por falta de custodia policial y civil que realizaran los traslados».

«Durante el año 2013, se iniciaron varias actuaciones en relación con el estado de salud de varios presos españoles que cumplían condena en Panamá, exponiendo que no recibían la medicación adecuada», indicó por su parte otro informe redactado por el Defensor del Pueblo de España, alarmado ante las condiciones de las cárceles panameñas, situación que padecían veinte españoles a fecha del 30 de diciembre de 2014. Un drama sufrido por otros extranjeros, como de nuevo muestran las fotografías de Jasso. Es el caso de un reo de origen alemán, Petrus, que posa ante el foco semidesnudo, con un rosario al cuello, con las gafas en el pelo, sentado en en una celda destartalada. O como otro polaco-canadiense, tocado con un turbante, que sostiene un ruiseñor y declara a Reuters: «Soy curandero. Uso plantas como medicinas para ayudar a los demás. Estoy aquí por error, porque me acusan de tráfico de drogas, pero soy inocente, alguien puso drogas en mi maleta en el aeropuerto». Según datos proporcionados por la organización «Prison Studies», un 10,1% del total de reclusos del país americano en 2014 nacieron en otro país. Aunque no es la única realidad que brota de su testimonio.

Hacinamiento y transición

«Con el narcotráfico, que es un delito que impacta tanto en la sociedad, el sistema es sumamente cauteloso», indica Juan Carlos Arauz Ramos, vicepresidente del Colegio de Abogados de Panamá, a ABC. En un informe de octubre de 2013, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito recuerda que el país americano «es una ruta prácticamente obligatoria para el mercado internacional, incluido el comercio ilegal de drogas, armas y personas». Un documento que también indicaba que «la mayoría de los hombres privados de libertad extranjeros están ubicados en el pabellón especial para extranjeros en el Centro Penitenciario 'La Joya'», y proponía medidas para que disfrutasen de plenas garantías judiciales. Precisamente, Panamá presenta uno de los índices más altos de presos en régimen de prisión preventiva, todavía no sometidos a juicio.

Según cifras de nuevo proporcionadas por «Prison Studies», el 62,6% de los reos del país americano no habían sido juzgados 2014. Una de las causas del frecuente hacinamiento en las celdas. «El sistema penal que está siendo reemplazado se conoce como inquisitivo y tuvo problemas de saturación en los tribunales, porque los expedientes no se podían mover con agilidad y el volumen de casos fue provocando que se vulnerase el derecho y las garantías de los individuos que se encuentran en un proceso penal», explica Arauz Ramos. Aunque no solo la lentitud justifica esa sobrepoblación en las prisiones. «El sistema antiguo impedía que delitos graves tuviesen medidas de sustitución, como el derecho a fianza. Bajo el nuevo modelo, que es garantista, todo tipo de delitos lo tendrán», añade el colegiado. Y también procurarán mejorar las condiciones de vida en las prisiones. «'La Joya', al igual que todos, son centros penitenciarios que enfrentan una crisis en cuanto a hacinamiento, a las circunstancias de reclusión y la dignidad humana».

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