Buenos Aires, estación final de Evo Morales y su familia

El expresidente de Bolivia tiene previsto reunirse con sus hijos y establecerse en la capital argentina tras la investidura de Alberto Fernández

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Evo Morales tenía el deseo de ser testigo de la ceremonia de investidura de Alberto Fernández el martes. Sus hijos, Evaliz Morales Alvarado, de 25 años y Alvaro Morales Peredo, de 24, también pensaron que podrían reunirse con su padre en Buenos Aires . Ambos se instalaron en la capital Argentina, a finales de noviembre, cuando Bolivia estalló y las calles se convirtieron en un infierno tras el fraude electoral del ex presidente que salió huyendo a México. El deseo de esta familia ensamblada, con la resistencia inicial de Evo Morales a reconocer legalmente a su descendencia, se quedará, de momento, en eso aunque el futuro les garantiza la reunificación.

Una pequeña dosis de paciencia es lo que necesitan los Morales para volver a estar juntos. Ese sería el mensaje que le transmitió Alberto Fernández a los hermanos, cuando les visitó y les dio la bienvenida. El presidente Mauricio Macri , aceptó que los jóvenes se refugiaran en Argentina mientras su padre, que ayer viajó a La Habana, aterrizaba en ciudad de México bajo el paraguas protector de Andrés Manuel López Obrador . Esa decisión, en la recta final de su mandato, no la hizo extensible a Evo Morales cuya cabeza no tiene precio pero sí una orden de detención. Para Macri abrirle las puertas a Morales, con quien jamás tuvo afinidad ni ideológica ni personal, significaba crear un problema innecesario. No sucede lo mismo con Alberto Fernández. El presidente electo le ha garantizado, -de acuerdo a lo publicado ayer por otro medio-, que después de la investidura podrá instalarse en Argentina pero no antes porque escapa de sus manos garantizarle inmunidad.

En esa línea de evitar roces y tensiones entre el Gobierno que se despide y el que debuta, Fernández no tendrá en la investidura, entre sus invitados, a Evo Morales pero tampoco a Jeanine Áñez , su sucesora e interina en la Presidencia tras un vacío de poder, deliberado, dejado por el ex presidente y su vicepresidente, Alvaro García Linera. Éste, también considera Buenos Aires la estación final de su «exilio» aunque tiene ofertas para dar clases en México. En caso de rechazarlas, el hombre considerado el verdadero cerebro del régimen boliviano, con su mujer, estaría incluido en el paquete de aquellos que pertenecieron al anterior Gobierno y pueden convertir Argentina en la tierra prometida más cercana al paraíso perdido de La Paz.

La elección de Argentina, fronteriza con Bolivia en la Quiaca, un paso prácticamente libre, no es casual. Desde este país los bolivarianos estarán en condiciones de organizar la resistencia y coordinar la campaña del MAS (Movimiento Al Socialismo) para intentar recuperar el poder en las próximas elecciones (sin fecha definida pero prevista para marzo) donde “la dupla” Morales-García Linera, no puede presentarse. El proyecto parecería que goza de las simpatías de Fernández, impulsor del Grupo de puebla, una organización que no termina de cuajar y tiene entre sus objetivos hacer frente común con los gobiernos ideológicamente afines.

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