Biden, a un paso del cierre gubernamental y sin acuerdo demócrata sobre gasto

Joe Biden prometió en campaña y nada más llegar a la Casa Blanca un gobierno eficiente y responsable tras los cuatro años de turbulencias de Donald Trump , pero su agenda económica se aboca al caos en el Congreso. El presidente de EE.UU. no ha conseguido de momento reconciliar las posiciones entre sus aliados demócratas ni establecer puentes con los republicanos para dos asuntos clave y sobre los que debe actuar contrarreloj: impulsar sus programas de infraestructuras, cambio climático y bienestar social y evitar un cierre gubernamental y un posible ‘default’ de EE.UU. por la incapacidad de aumentar el techo de gasto.

En esto último, el plazo para alcanzar un acuerdo se acaba en la medianoche de este jueves, justo antes de que arranque el año fiscal en EE.UU., el 1 de octubre. La idea inicial de los demócratas era aprobar una ley para suspender el techo de deuda -el límite en el que el Gobierno federal puede incrementar su déficit, que ya está en 28,4 billones de dólares - hasta el año que viene.

La oposición frontal de los republicanos -que ahora abogan por apretarse el cinturón después de que la deuda siguiera creciendo de forma desbocada durante la presidencia de Trump- y de algunos demócratas amenaza con un cierre parcial del Gobierno -que no tendrá financiación para operar sus servicios sin nuevos recursos- y, lo que es más peligroso, un ‘default’ de EE.UU. hacia mediados del mes que viene que podría suponer un gran impacto en la economía del país y en sus mercados financieros.

Ayer, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer , aseguró que habría una votación para mantener la financiación gubernamental hasta diciembre, cuando habrá que reabrir otra vez el melón del déficit descomunal de EE.UU.

Entre las discusiones sobre cómo gestionar esta deuda, los demócratas buscan aprobar un plan de gasto faraónico, la pieza central de la agenda legislativa de Biden. Las mayorías demócratas en el Senado y en la Cámara de Representantes son exiguas y las diferentes entre sus corrientes son muy amplias. En medio de estas guerras fratricidas, Biden decidió suspender ayer un viaje previsto a Chicago para quedarse en Washington y tratar de convencer a los legisladores díscolos. Por la noche de ayer, y ante votaciones inminentes del jueves, todavía no lo había conseguido.