El atacante de Indianápolis compró dos rifles después de que le requisaran un arma por problemas mentales

Murieron ocho personas y cinco resultaron heridas; un vacío legal pudo haber provocado la falta de vigilancia

Familiares de víctimas del ataque AFP

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El debate sobre el endurecimiento del acceso a armas se ha avivado en EE.UU. después de conocerse las circunstancias en las que el atacante de la reciente matanza de Indianápolis accedió a armas de fuego. Brandon Hole, de 19 años, se plantó el pasado jueves en un edificio de la compañía de correos FedEx y disparó de forma indiscriminada a todo el que se le puso delante. Murieron ocho personas, cinco más resultaron heridas, y Hole se quitó la vida de un disparo antes de que llegara la policía.

El atacante iba armado con dos rifles semiautomáticos. Ahora se ha sabido que los adquirió de forma legal y que, probablemente, no debería haberlo hecho por sus circunstancias mentales. Hace poco más de un año, en marzo de 2020, la madre de Hole advirtió a las autoridades de los problemas mentales de su hijo y de que podría ejecutar el llamado “suicidio por la policía”, es decir, llevar a cabo una acción agresiva deliberada que provoque una reacción de las fuerzas de seguridad que acabe con su vida.

El joven recibió la visita de los agentes. Le interrogaron y requisaron varios objetos de su cuarto. Entre ellos, una pistola. Esa circunstancia debería ser suficiente para impedir que Hole hubiera acudido a alguna de las muchas armerías o establecimientos donde venden armas de Indianápolis y comprar dos fusiles de estilo militar.

La regulación de Indiana establece señales de alerta por los que se puede impedir que una persona compre armas de forma legal. Una de ellos es que la policía le confisque un arma -como ocurrió con Hole- por considerarlo un peligro público. Después, los agentes deben acudir ante el juez y solicitar que el sujeto no pueda adquirir armas, al menos de forma temporal.

No está claro qué pasó con Hole después de que la policía le confiscara su pistola. Es posible que, por alguna razón, no solicitaran ante el juez el veto a esta persona. El jefe de la policía de Indianápolis, Randal Taylor, reconoció que Hole compró las armas de forma legal, lo que indicaba que el interrogatorio o la confiscación del arma no habían sido suficientes como señal de alerta. Otra posibilidad es que Hole se beneficiara de una laguna legal: la solicitud al juez de que se impedía a una persona adquirir armas puede alargarse durante meses hasta materializarse, y en ese tiempo nada le impide entrar en una tienda y comprar un rifle.

Dos leyes aprobadas el mes pasado por la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes buscan endurecer los controles de antecedentes que permiten el acceso a armas y eliminar lagunas legales como esta. No se espera que se aprueben, sin embargo, en el Senado, donde la mayoría exigua de los demócratas no es suficiente frente a la oposición en bloque republicana a este tipo de medidas.

El presidente de EE.UU., Joe Biden, ha exigido, como ocurre en cada matanza de este tipo -media docena solo en el último mes-, reformas legislativas, como la prohibición de la venta de rifles de asalto como el que utilizó Hole. La realidad en el Congreso de EE.UU. es que si hay cambios legislativos, serán cosméticos.

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