Mientras el ébola comienza a ceder, la polémica política se aviva en Guinea Conakry

Convaleciente aún de la epidemia que sacude el país desde diciembre de 2013, la oposición anuncia que no reconocerá los resultados de los comicios celebrados el domingo

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Su nombre ya pertenece a la historia. El 6 de diciembre del 2013, Emile Ouamouno, un niño de apenas dos años residente en Meliandou, en la región de Guéckédou, al sur de Guinea, se convertía en  el primer caso de ébola en la actual epidemia. Su muerte se producía casi de forma paralela al fallecimiento de su hermana Philomene, de tres años; su madre, Sia, entonces embarazada; y su abuela, Koumba. El pequeño Ouamouno había registrado un cuadro de diarrea y vómitos cuatro días antes, el 2 de diciembre.

Ahora, casi dos años, 3.804 casos del virus y 2.534 muertes solo en Guinea después, y cuando la región comenzaba a dar visos de recuperación (primera semana sin nuevos contagios), es otro mal, el político, quien amenaza la estabilidad del país.

La oposición guineana ha anunciado que no reconocerá los resultados de los comicios presidenciales celebrados el pasado domingo, ante las dudas sobre la legalidad del proceso.

«Las elecciones fueron una farsa. En estas condiciones, exigimos que se repitan», aseguró Cellou Dalein Diallo, líder del mayoritario partido de la Unión de las Fuerzas Democráticas (UFDG).

Entre las principales acusaciones de fraude, la agrupación política denuncia que el 20 por ciento de las papeletas de voto, así como el 30% de los sobres no se encontraban disponibles en muchos de los centros electorales. De igual modo, la oposición asegura que se ha articulado una multitudinaria y dirigida votación hacia el actual presidente, Alpha Condé, por parte de las fuerzas armadas.

Ante la posible estafa democrática, el político ha hecho un llamamiento a tomar las calles. «Tenemos el derecho a protestar. Lo haremos», reconoce Diallo.

Desde el pasado viernes, al menos dos personas han perdido la vida en los enfrentamientos entre simpatizantes del presidente Condé y la amalgama opositora de siete partidos encabezada por el UFDG.

Condé, un histórico líder de la oposición (e infructuoso: perdió los comicios de 1993 y 1998), asumió el poder en diciembre de 2010, tras un golpe de Estado que acabó con el cuarto de siglo de Gobierno de Lansana Conté. Entonces, los comicios, que debían suponer una estabilidad democrática después de años de dictadura, se demostraron igual de polémicos: Mientras que en la primera ronda de votaciones Condé solo obtuvo el 18% de los votos (por el 44% de su rival Diallo), en el segundo envite se impondría con el 52% del electorado.

En crisis económica

Sin embargo, el devenir político no es el único problema al que se enfrenta en los últimos tiempos Guinea. Desde diciembre de 2013, el país africano se ha convertido en uno de los epicentros de la epidemia de ébola que sacude el Oeste de África. Solo en sus fronteras se han registrado 3.804 casos del virus, con 2.534 muertes.

Precisamente, los comicios presidenciales transcurren de forma paralela a una de las noticias más gratas a las que se ha enfrentado el continente africano en los últimos dos años: la primera semana sin nuevos contagios en toda la crisis.

Por ello, en un país cuyas arcas se encuentran más que resquebrajadas tras la emergencia médica, la celebración de nuevos comicios podría ser un problema no solo organizativo.

«No sé si es solo un problema de dinero. Necesitamos 10 ó 20 millones de dólares para un nuevo proceso. Es más por nuestra paz, nuestra seguridad, nuestra buena gobernanza y nuestra democracia. Esto no es mucho dinero», defiende el opositor Diallo.

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