Menem, en el banquillo, acusado de encubrir el atentado a Amia

Unexpresidente, Carlos Menem, su exjefe de la SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado), Hugo Anzorregui, el primer juez de la causa, Juan José Galeano, una representación de policías corruptos, exfiscales, abogados, espías y hasta la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, participarán –a un lado u otro del banquillo– en la reapertura parcial del juicio sobre el atentado a la sede de la mutua judía Amia que comenzó ayer en Buenos Aires.

En éste proceso paralelo se apunta al encubrimiento local y a la presunta «pista siria», una hipótesis de la que, hasta hoy, a diferencia de la que señala a Irán, no hay rastro.

La vista comenzó ayer por la mañana con la ausencia, por razones de salud, del hoy senador Carlos Menem.

El juicio tratará de dilucidar en qué medida y quiénes fueron cómplices –por acción u omisión– en Argentina del atentado que costó la vida a 85 personas tras saltar por los aires, en 1994, el edificio que albergaba las sede de la Amia y la Daia, las dos instituciones –política y económica–, más importantes de la comunidad israelí.

Ese atentado es el que investigaba el fiscal Alberto Nisman y, en el marco de esa causa, imputó el pasado mes de enero por encubrimiento a la presidenta de Argentina cuatro días antes de morir en circunstancias aún sin esclarecer. Las acusaciones de Nisman, finalmente, quedaron desestimadas en instancias superiores.

Red de corrupción

En este juicio, por el que desfilarán 140 testigos y una quincena de imputados, el expresidente Menem y Hugo Anzorregui están acusados de entorpecer, deliberadamente, la investigación del atentado para que no se destapara la red de corrupción, en todos los niveles, que se extendía en Argentina.

En el caso de Juan José Galeano, el juez que tuvo durante diez años la causa en sus manos, el exmagistrado tendrá que defenderse de la acusación de pagar un soborno a Carlos Telleldín, el único condenado por el atentado y propietario de la furgoneta que se estrelló en el inmueble de la colectividad israelí de la calle Pasteur en Buenos Aires, cargada de explosivos.

Apartado de la judicatura, Galeano defiende que pagó a Telledín para que le dijera la verdad, no para que mintiera. Le entregó cuatrocientos mil dólares y el individuo confesó que había entregado la furgoneta-bomba a un grupo de policías encabezado por Juan José Ribelli que, con sus compañeros, quedó detenido y ahora, en una de esas piruetas legales, es querellante.

Kirchner declarará

La presidenta de Argentina también declarará en este proceso que promete durar un año largo. En 1997, tras conocerse el episodio del pago a Telleldín propuso, por escrito y porque le consideraba el más adecuado, que el juez Galeano –al que hoy denosta– se encargara, en simultáneo, de la investigación del atentado a la Embajada de Israel, en el que murieron 29 personas en 1992.

Cristina Fernández comparecerá en la sala para defender la llamada «pista siria», un camino que, según Marta Nercellas, abogada de la Daia en el juicio original, «no lleva a ninguna parte. Nadie dice en qué consiste, ni siquiera los fiscales a cargo del atentado a la mutua judía Amia, ni los que dirigen la acusación de encubrimiento. La única pista que vincula a un Gobierno con la masacre es la iraní.