El expresidente de Brasil, Lula da Silva
El expresidente de Brasil, Lula da Silva - reuters

El club de expresidentes iberoamericanos que quieren volver al poder

Siete antiguos líderes prueban la crisis de recambio generacional y el vacío de liderazgo que sufren las clases políticas de la región

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Siete expresidentes de Iberoamérica son la prueba viva de la crisis de recambio generacional y el vacío de liderazgos que sufren las clases políticas de la región. Los siete exmandatarios suenan como candidatos para las próximas elecciones en sus respectivos países, y gracias a la premisa de que «más vale malo conocido que bueno por conocer», varios de ellos tienen serias posibilidades de ver realizadas sus ambiciones de regresar al poder.

El «club» de exjefes de Estado que añoran sus años de gobernanza incluye a Lula da Silva, en Brasil; Alan García, en Perú; Sebastián Piñera, en Chile; Fernando Lugo, en Paraguay; Manuel Zelaya, en Honduras; Leonel Fernández, en República Dominicana; y José María Figueres, en Costa Rica. Y la lista no está cerrada: nadie puede descartar que, después de terminar sus actuales mandatos, otros jefes de Estado, como Cristina Fernández de Kirchner, en Argentina, se sumen al nutrido grupo.

Antes de que Dilma Rousseff anunciara su intención de ser reelegida en 2014, el nombre de su antecesor, Lula da Silva (2003-2010), ya había comenzado a sonar para volver al Ejecutivo de Brasil. Un sector del Partido de los Trabajadores (PT) había comenzado a alentar el eslogan «Vuelve Lula». Sin embargo, el oficialismo terminó decantándose por la reelección de Rousseff el año pasado. Ahora, con la popularidad de la mandataria en descenso, Lula aparece otra vez como el candidato natural del PT para los comicios de 2018. Según la prensa brasileña, Lula habría revelado a sus allegados que quiere postularse al Palacio de Planalto, y que para eso planea intervenir con más énfasis en los asuntos de gobierno. El exsindicalista corre con la ventaja de ser el político más popular en la historia de su país: se despidió de su gobierno con una imagen positiva, apoyada por el 87%.

Necesidad política

«La eventual candidatura de Lula es una necesidad política para el PT, ya que es su única figura con suficiente capital político como para disputar las próximas elecciones —señala a ABC el analista político brasileño Rafael Cortez, director de la consultora Tendências—. El partido no tiene alternativa: sufre un vacío de nuevos liderazgos provocado por los escándalos de corrupción del Petrolão y el Mensalão, que afectaron la imagen de importantes dirigentes petistas. Por eso, Lula mantiene cierta distancia del Gobierno de Rousseff: para que la polémica no lo perjudique a él».

Alan García (1985-1990 y 2006-2011) ya reveló públicamente su proyecto de reelección para los comicios de 2016 en Perú. El líder del Partido Aprista Peruano disputa el liderazgo de la oposición con Keiko Fujimori, hija del exmandatario Alberto Fujimori, quien también competirá por el Ejecutivo dentro de dos años. Por ahora, Keiko marcha primera en las encuestas, mientras que García se ha visto afectado por el llamado caso de la «Megacomisión», en el que se investigan actos de corrupción durante su segunda presidencia.

En Chile, Sebastián Piñera (2010-2014) podría convertir a la Presidencia en una especie de «ping-pong» con la actual presidenta, Michelle Bachelet: ella fue quien le cedió la banda presidencial en 2010, Piñera se la devolvió el año pasado, y ahora pretende recuperarla en 2018. El exmandatario chileno no ha evitado referirse a su posible postulación, sobre la que ha dicho que «el hombre propone y Dios dispone». De momento, un cercano asesor suyo compró los dominios en la web que llevan el título «Piñera 2018». Según afirman en su entorno, el lanzamiento de su candidatura sería en marzo de 2016.

«Aunque en los últimos meses se vio indirectamente afectado por las sospechas de corrupción en el llamado caso ‘Penta’, Piñera sigue siendo uno de las figuras de la derecha mejor valoradas en las encuestas —afirma el politólogo Patricio Navia, profesor de la Universidad Diego Portales y de la New York University—. Las elecciones en Chile se definen por muy poco y siempre hay dos candidatos fuertes, de manera que si gana las primarias de su alianza política, Piñera llegaría con grandes posibilidades a las generales. Aunque no fue un presidente simpático para la mayoría de los ciudadanos, se le reconoce que la economía funcionó bien durante su gestión».

Tras su convulsa salida del Gobierno de Paraguay en 2012, Fernando Lugo (2008-2012) también prepara un movimiento con miras a su regreso en 2018. Algunos meses atrás, Lugo anunció la creación de los «Po’ícho», grupos de ciudadanos de base que lo postulan como candidato. El exmandatario inició una pretenciosa campaña para «recuperar la dignidad paraguaya», que considera perdida desde que el Parlamento lo destituyó en tiempo récord. En su camino a las urnas, el exobispo Lugo enfrentará dos grandes obstáculos: la buena marcha de la economía paraguaya, que podría beneficiar al actual Gobierno de Horacio Cartes; y los escándalos de paternidad que Lugo ha protagonizado.

Zelaya, un caso particular

En Honduras, el de Manuel Zelaya (2006-2009) es un caso particular. Tras su derrocamiento a manos de las Fuerzas Armadas en junio de 2009, «Mel» retornó a su país y fundó el partido Libre para competir en las elecciones de 2013. Pero la Constitución hondureña no permite su reelección, por lo que la candidatura de aquel año recayó en su esposa, Xiomara Castro, quien fue derrotada en los comicios por el actual mandatario Juan Orlando Hernández. Un año después, los dirigentes de Libre vuelven a agitar una reforma constitucional para que Zelaya pueda postularse en 2018. Si el proyecto vuelve a fracasar, Castro será otra vez el as bajo la manga del oficialismo.

El caso más extremo es el del expresidente de República Dominicana, Leonel Fernández (1996-2000 y 2004-2012): no conforme con los tres mandatos que estuvo al frente de su país, ahora va a por el cuarto. Acaba de lanzar su campaña para las elecciones de 2016, para las que es favorito pese al recuerdo de los casos de corrupción que empañaron sus gobiernos. La estabilidad económica y la buena imagen exterior logradas por Fernández pesan más en las preferencias de los dominicanos.

Por último, José María Figueres (1994-1998) ha reconocido que ve «con cariño» la posibilidad de postularse para regresar al Ejecutivo en Costa Rica en 2018. Su prematura ambición ha generado el rechazo del también expresidente Óscar Arias, Premio Nobel de la Paz, quien lo ha acusado de utilizar al Partido Liberación Nacional, al que ambos pertenecen, con fines personalistas. En Iberoamérica, lo de Figueres no es ninguna excepción.

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