Miembros del Estado Islámico entran en Palmira
Miembros del Estado Islámico entran en Palmira - afp

Los yihadistas multiplican sus asaltos para tomar una ciudad clave en Siria

Tras haber perdido ciudad tras ciudad, el ejército del régimen ataca los territorios conquistados por los insurgentes

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Los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) libran desde este viernes violentos combates contra el ejército de Al Assad para tomar Hasaka, una importante capital provincial de Siria cuya caída supondría un nuevo revés para el régimen.

Después de haber perdido ciudad tras ciudad en beneficio de los rebeldes durante estos últimos meses, especialmente al norte del país, el ejército del régimen no deja de lanzar explosivos sobre los territorios conquistados por los insurgentes, matando en 48 horas cerca de 100 civiles, 20 de ellos niños, según el Observatorio Sirio de los Derechos del Hombre (OSDH).

Desde el 30 de mayo, el grupo ultrarradical Estado Islámico intenta a base de asaltos y de atentados suicida apoderarse de Hasaka, capital de la provincia del mismo nombre situada en el noreste del país en guerra desde hace más de cuatro años.

Por ahora, el régimen y las fuerzas kurdas comparten el control de la capital provincial.

Su eventual caída daría a Estado Islámico el control de una segunda capital de provincia en Siria después de Raqqa (al norte), su bastión. La localidad de Idleb (noroeste) escapa también al régimen, pero está en manos del Frente Al-Nusra, la rama siria de Al-Qaida, y de rebeldes sirios.

El conflicto sirio comenzó en marzo de 2011 por la represión sangrienta de una revuelta pacífica y popular que rápidamente se militarizó, empujando al país a la guerra civil. Los grupos yihadistas han aprovechado el caos. La mayoría de sus miembros han llegado del extranjero y han contribuido a obtener grandes porciones de terreno. Ahora los yihadistas, los rebeldes sirios y el régimen buscan extender o conservar sus zonas de control.

Responsable de atrocidades y formado por decenas de miles de combatientes, el Estado Islámico controla la mitad del territorio sirio, además de grandes regiones en el vecino Irak.

Este viernes, «los combates encarnizados han continuado entre las fuerzas del régimen y el Estado Islámico en los alrededores de Hasaka y el ejército del aire ha bombardeado violentamente las posiciones yihadistas», según el OSDH.

Los barrios de la periferia sur están controlados por el ejército que «continúa movilizando» refuerzos, ha afirmado a AFP Rami Abdel Rahmane, director del OSDH. «Por el momento, los kurdos no participan en los combates porque la batalla no ha llegado a su zona», ha añadido.

Desde el inicio de la batalla de Hasaka, al menos 130 personas han fallecido según la ONG: 71 bajas del régimen y 59 yihadistas, de los cuales 11 eran kamizakes. El Estado Islámico se ha apoderado por ahora de una prisión, de una central eléctrica y de posiciones militares próximas a Hasaka.

En otros lugares de Siria, el régimen continúa lo que el OSDH y los militantes consideran como una campaña aérea «de castigo» contra los civiles en la región rebelde: 94 civiles, de los cuales 20 eran niños y 16 mujeres, han fallecido en estos bombardeos en 48 horas, según la ONG. Centenares han sido heridos.

En Irak, mientras que las fuerzas armadas tardan en lanzar su contraofensiva para para retomar Ramadi de Estado Islámico, el presidente Barack Obama estudiará con el primer ministro iraquí Haider al-Abadi los medios para apoyar a las fuerzas del país, al margen de la cumbre del G-7 de este fin de semana en Alemania.

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