La Torre Bhimsen, destruida tras el terremoto
La Torre Bhimsen, destruida tras el terremoto - efe

El rico patrimonio histórico de Nepal, víctima colateral del terremoto

El temblor destruye joyas arquitectónicas de Katmandú y ciudades vecinas

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Además de sembrar Nepal de muerte y destrucción, el devastador seísmo del sábado ha golpeado también el rico patrimonio histórico de este bello país enclavado en los picos del Himalaya. Junto a los centenarios templos hinduistas dañados por los temblores, se ha venido abajo uno de los principales monumentos de Katmandú: la torre Dharahara, que tenía 60 metros y databa del siglo XIX. Convertida desde hacía una década en un popular mirador, bajo sus cascotes se han hallado 180 cadáveres, pero aún podrían quedar más cuerpos bajo los escombros.

Como consecuencia de la potencia del movimiento telúrico, que alcanzó los 7,9 grados en la escala de Richter, se han visto afectados la mayoría de los edificios históricos del casco antiguo de Katmandú, que en 1979 fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).

Entre ellos destacan algunas de las majestuosas construcciones que se levantan en la céntrica plaza del Palacio de Katmandú («Basantapur Durbar Square»), que fue la residencia de la familia real nepalí hasta el siglo XIX.

Según la página web de Ekantipur, el 80 por ciento de los templos ubicados en este lugar han sufrido serios daños por el terremoto . La misma suerte corrieron los de Panchtale y Dasa Avtar. Además, han quedado destruidos el edificio de Kashtamandap, que data del siglo XII, y dos pilares del templo de Shiva Parvati. El seísmo tampoco ha respetado templos budistas como la estupa de Boudhanath, la mayor de Nepal y la más sagrada fuera del Tíbet.

Reducidos a escombros

En las vecinas localidades de Bhaktapur y Patán, que rivalizaban con la belleza de Katmandú, también han quedado reducidos a escombros los edificios más antiguos de sus plazas reales, que aún conservaban el sabor del Nepal medieval. La primera, la «Ciudad de los Devotos», lucía el modo de vida tradicional de los «jyapus» (campesinos del valle), mientras que la segunda era un perfecto ejemplo de la arquitectura «newari» que proliferó entre los siglos XVII y XVIII bajo el dominio de los Malla.

La información sobre el impacto cultural del terremoto en Nepal apenas empieza a intuirse. Los testimonios en redes sociales como Twitter y Facebook lamentan la pérdida de siglos de Historia y de una herencia cultural y arquitectónica que deberá afrontar un largo y agotador periodo de reconstrucción en los próximos años.

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