El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, junto al de la Comisión de la UE, Jean-Claude Juncker, en Kiev
El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, junto al de la Comisión de la UE, Jean-Claude Juncker, en Kiev - afp

Primera cumbre entre Ucrania y la UE que se celebra en Kiev

Bruselas no enviará una misión militar a Ucrania para supervisar el alto el fuego en las regiones rebeldes

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En contra de los deseos del Gobierno de Kiev, la Unión Europea no enviará especialistas militares al este de Ucrania. Así lo anunció ayer en rueda de prensa en la capital ucraniana el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk. Según sus palabras, Bruselas se limitará a cooperar con una misión civil de «evaluación».

Tusk compareció ante los medios de comunicación tras la cumbre ucraniano-europea mantenida ayer en Kiev en compañía de los presidentes de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, y de Ucrania, Petro Poroshenko.

Las autoridades de Kiev llevan tiempo tratando de conseguir que una fuerza de pacificación, sea de la ONU, estadounidense o europea, sea desplegada en las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk para demostrar que son los prorrusos quienes violan la tregua pactada en Minsk el pasado mes de febrero.

Precisamente ayer, la OSCE informó sobre importantes enfrentamientos con uso de artillería en Shirókino, en las inmediaciones de la ciudad portuaria de Mariúpol, en el mar de Azov. Según los observadores de la OSCE, se trata del «bombardeo más intenso en la ciudad de Shirókino» desde que los combates se extendieron a esa zona a comienzos de año. Por su parte, el Ejército ucraniano daba ayer cuenta de la muerte de un soldado y tres heridos como consecuencia de los ataques de los insurgentes. Ambas partes siguen acusándose mutuamente de no respetar el alto el fuego.

Poroshenko aseguró ayer en el marco de la reunión con sus colegas europeos, la primera que tiene lugar en Kiev tras firmarse en junio del año pasado el Acuerdo de Asociación, que su país «estará preparado en cinco años para integrarse en la UE». Juncker, mucho más realista, declaró que la adhesión del país eslavo al club de los Veintiocho «no figura actualmente en la agenda».

El presidente de la Comisión Europea, no obstante, admitió que Ucrania «es un pariente cercano de nuestra familia». Advirtió, eso sí, que «tenemos ante nosotros grandes objetivos y un largo camino que estoy seguro que superaremos». Juncker llamó una vez más al Gobierno ucraniano a acometer las necesarias reformas, admitiendo al mismo tiempo que «serán un camino difícil y doloroso» para los ucranianos, del que, insistió, «terminarán sacando provecho». Bruselas urge a Kiev a acelerar las reformas de su economía y a cumplir los aspectos políticos recogidos en los acuerdos de Minsk, los relativos a la descentralización y a la concesión de un estatus autonómico especial para Donetsk y Lugansk.

Juncker instó también a que el Acuerdo de Asociación entre plenamente en vigor a partir del 1 de enero del año que viene. Lo pactado en junio de 2014 contempla una zona de libre comercio entre la UE y Ucrania. El encuentro de ayer es ya la 17 cumbre bilateral. La anterior se celebró en Bruselas en febrero de 2013.

El pasado viernes, el presidente francés, François Hollande, le pidió en Ereván (Armenia) a su homólogo ruso, Vladímir Putin, que cumpla su parte de los acuerdos de Minsk. Hollande le dijo que ésa «será la mejor forma» para superar el actual enfrentamiento entre Rusia y Occidente y poder así levantar las sanciones.

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