«Marcha del silencio» por Nisman, el pasado 18 de febrero
«Marcha del silencio» por Nisman, el pasado 18 de febrero - afp

El ordenador de Nisman se utilizó el día en que fue hallado muerto

La defensa de Diego Lagomarsino, quien entregó al fiscal Alberto Nisman el arma con la que presuntamente se suicidó ha asegurado que el ordenador del fiscal se encendió el domingo 18 de enero, contradiciendo así la versión de la mujer de Nisman, de que éste habría fallecido el sábado por la noche

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La defensa de Diego Lagomarsino, quien entregó al fiscal Alberto Nisman el arma con la que presuntamente se suicidó, ha asegurado este martes que el ordenador del responsable de la investigación del caso AMIA se encendió el domingo 18 de enero, contradiciendo así la versión ofrecida por la mujer de Nisman de que éste habría fallecido el sábado por la noche.

La vivienda de Lagomarsino, un técnico informático que trabajaba para Nisman, fue registrada este lunes por orden de la jueza Fabiana Palmaghini, encargada del caso de la muerte del fiscal, que apareció muerto con un disparo en la cabeza en su apartamento el pasado 18 de enero. El registro se prolongó entre cinco y seis horas y la Policía Metropolitana se incautó de ropa así como de discos duros, pendrives y CD, además de una cámara de fotos, según el diario «La Nación».

A primera hora de este martes, el equipo legal de Lagomarsino, encabezado por Maximiliano Rusconi, ha publicado un comunicado en el que afirma que el ordenador personal de Nisman fue utilizada el domingo 18 de enero poco antes de las 7:30.

Esto echaría por tierra la información ofrecida por los peritos contratados por la exmujer de Nisman, la jueza Sandra Arroyo, que dijeron que la muerte se habría producido en la tarde o la noche del sábado día 17 de enero.

Sandra Arroyo Salgado, querellante en la causa que investiga la muerte de Nisman, enumeró cuatro motivos para el allanamiento en el departamendo de Lagomarsino: que el arma que mató a Nisman estaba registrada a nombre de Lagomarsino; que de lo reconstruido hasta ahora resulta «la última persona que lo vio con vida» al fiscal; que conforme con el horario de defunción establecido por los peritos de la querella «pudo haber estado en el piso en el momento de la muerte» y que Lagomarsino estaba «en condiciones de ingresar remotamente en la computadora de Nisman en la mañana del domingo 18 de enero», cuando, a juicio de la querella, el fiscal «se encontraba ya fallecido».

Según el comunicado repartido entre la prensa por Rusconi a su llegada a la fiscalía al frente de la cual está Viviana Fein, encargado de investigar el caso de la muerte, alguien encendió el ordenador de Nisman el domingo por la mañana para leer los diarios, realizar una búsqueda en Google y comprobar una cuenta de correo electrónico de Yahoo.

Sin embargo, fuentes con acceso a la investigación que realiza Fein consultadas por el diario «Clarín» han señalado que en el expediente aparece consignada una conexión a Internet pero del lunes 19 de enero, cuando Nisman ya estaba muerto, a las 7.36 de la mañana. En dicho informe, solo se habla de una conexión y no de las páginas visitadas.

Debería estar detenido

Entretanto, el jefe de Gabinete argentino, Aníbal Fernández, ha opinado este martes que el registro de la casa de Lagomarsino debería haberse llevado a cabo «mucho tiempo antes« y que el informático debería estar detenido.

«En cualquier país del mundo alguien que le lleva el arma, que después termina siendo el arma que provoca la muerte de un fiscal de la Nación, en las condiciones que todos conocemos, y no haya sido evaluado con anterioridad (el allanamiento), llama mucho la atención», ha afirmado Fernández, citado por la agencia oficial Télam.

«Uno no es un genio; simplemente lo que hace es hacer uso del sentido común, nada más que eso», ha añadido, subrayando que «no se puede dejar ningún elemento de lado como para no evaluarlo y no tratar de profundizar aún más la investigación» de la muerte de Nisman.

«No es mi tarea»

Ante la insistencia de los periodistas a su llegada a la Casa Rosada, Fernández ha insistido: «yo no soy quién para evaluar lo que tiene que hacer la justicia o lo que tiene que dejar de hacer la justicia, esa no es mi tarea».

Por último, ha defendido que «los jueces y la justicia no tienen que tener presiones de ninguna característica». «A veces uno habla con algunos periodistas y repiten 'ustedes presionan a la justicia'. Y eso no es así. La justicia toma las decisiones que debe tomar y no hay nadie que la presione», ha zanjado.

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