Dominique Strauss-Kahn
Dominique Strauss-Kahn

El juicio por proxenetismo desvela los gustos íntimos de Strauss-Kahn

El exdirector del FMI será interrogado hoy acusado de pertenecer a una presunta red de prostitución, por la que podría ser condenado a 7 años de cárcel y a una multa de 150.000 euros

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El Tribunal de Gran Instancia de Lille comenzará hoy el interrogatorio de Dominique Strauss-Kahn (DSK, ex presidente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y candidato a la presidencia de la República, acusado de proxenetismo en banda organizada, un delito que pudiera costarle 7 años de cárcel y 150.000 euros de multa.

El proceso comenzó a juzgarse el pasado día 2 y terminará el próximo día 20. Durante los primeros ocho días, el Tribunal ha interrogado a varias de las doce personas personas juzgadas por los mismos o semejantes delitos.

Proxenetas y prostitutas han descrito con negra precisión, durante ocho días, el montaje y funcionamiento de las «veladas libertinas» montadas para satisfacer los gustos personales del socialista más famoso e influyente de Francia, entre 2007 y 2011.

Hasta hoy, la defensa de DSK ha sido muy simple, diciendo ignorar que las señoras y señoritas dispuestas a satisfacer sus gustos y caprichos sexuales más variopintos eran prostitutas profesionales, afirmando «estar convencido» que solo eran «chicas libertinas», ofreciéndose libremente a sus deseos en prostíbulos, hoteles, despachos y un largo rosario de lugares de una sordidez creciente.

Varias prostitutas, un proxeneta notorio y un «organizador» de «veladas libertinas», confidente de la policía y «relaciones públicas» del Hotel Carlton de Lille (norte de Francia), han descrito por lo menudo unas relaciones prostibularias, prolongadas durante varios años, de una sordidez pavorosa.

Los gustos íntimos de DSK

Las prostitutas han contado con mucho detalle como comenzaron a prostituirse, víctimas de una interminable letanía de catástrofes familiares, personales y sociales. Y como eran «presentadas» y «ofrecidas» a DSK como mera «carne de cañón». Las chicas debían ser «probadas» por sus proxenetas, para que ellos «confirmasen» si correspondían a los «gustos íntimos» del ex presidente del FMI.

Los proxenetas no han ocultado en ningún momento su «trabajo» de «selección» y «proposición» de chicas, a un cliente tan selecto como «selectivo» en sus aficiones y gustos prostibularios.

DSK no ha negado nunca esas «aficiones», que él siempre califica de «veladas libertinas». Varias prostitutas han descrito con precisión los gustos y aficiones del personaje. Todas han insistido en su afición «a las relaciones de fuerza», la «violencia», las «camas redondas montadas en su honor», los «asaltos» en los lugares más sórdidos.

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