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Valerie Amos - isabel permuy

Valerie Amos: «Hay que hacer una mayor inversión en diplomacia preventiva»

La responsable de Naciones Unidas para la Acción Humanitaria se reunió ayer con Margallo para definir la líneas de trabajo con España tras su ingreso en el Consejo de Seguridad

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La responsable de Naciones Unidas para la Acción Humanitaria, Valerie Amos (Guayana, 1954), pasó ayer por Madrid, ciudad que suele visitar con cierta frecuencia. «España es un país que ha dado un apoyo sustancial no solo a los problemas humanitarios de todo el sistema de Naciones Unidas, tanto en lo relativo a Siria como al Ébola, y no solo a nivel económico, también a la hora de definir la agenda de la política humanitaria para el futuro», explicó ayer a ABC, tras reunirse con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo.

«Esta visita -añade- forma parte de las consultas anuales que mantenemos entre socios estratégicos. Además, E spaña pertenece ahora al Consejo de Seguridad de la ONU, como miembro no permanente durante los próximos dos años.

Y parte de la agenda es definir cómo va a participar en el apoyo a la agenda humanitaria».

El problema en Siria es uno de los temas que vertebran la labor llevaba a cabo por Amos en los últimos años. Un conflicto que ha sumido en la pobreza a más de 12 millones personas; mientras que el número de desplazados a otros países supera ya los diez millones de personas. El lunes comenzó en Moscú una ronda de conversaciones para intentar buscar una solución al conflicto en el que están participando representantes de ambas partes: el gobierno y los opositores.

-¿Cree que puede salir algo positivo de estas reuniones?

-Hay que estar preparado para apoyar cualquier tipo de iniciativa que vaya encaminada a reforzar o a apoyar la disminución del conflicto. Cualquier tipo de iniciativa de las partes, puede representar una posibilidad para lograrlo. Para ello hay un proceso, liderado por Stefan Di Mistura, enviado especial del secretario general para el conflicto de Siria, que tiene como objetivo fundamental crear una serie de zonas donde el ejercicio de la violencia vaya siendo reducido de manera progresiva. También el de favorecer el acceso de la acción humanitaria a las poblaciones afectadas en esas zonas; y por último, ir poco a poco generando un proceso de diálogo político que permita llegar a una solución del conflicto.

-¿El problema e incremento de violencia en Ucrania, puede desplazar la atención, dejando en segundo plano a Siria?

-Junto a Siria y Ucrania hay otras muchas crisis que están siendo tremendamente graves, como sucede en Yemen, la República Centroafricana, Sudán, Somalia... Quiero mandar un mensaje para que no se olviden estas crisis por el tremendo sufrimiento que provocan en sus poblaciones situaciones de extraordinaria violencia.

-En estos momentos Europa está inmersa en combatir el terrorismo yihadista, ¿teme usted que esto reste recursos a estos conflictos?

-Tenemos que tener en cuenta que todas estas crisis tienen una dimensión de seguridad, que es muy importante, pero también tienen otra, como es la primera atención a las víctimas, así como la reconstrucción y recuperación a nivel de desarrollo a largo plazo. Y no debe ser excluyente una de la otra. Otro problema que quiero resaltar es el de la población migrante y los refugiados que están muriendo en ese camino de escape.

-Europa todavía no sabe qué hacer con estos movimientos de población. ¿Dónde radica el problema para encontrar una solución? ¿Hay demasiados intereses encontrados para dar con una posición común?

-Es cierto que hay una gran diferencia en posiciones y en involucramiento. Un ejemplo de esto es Siria, entre los diferentes estados miembro, y aquellos que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Por una parte, están los estados de la región que apuestan por una determinada solución de la crisis. Hay una enorme incomprensión sobre el enorme peso que están recibiendo los países vecinos que están recibiendo los flujos masivos de refugiados, como Líbano, cuyo 25% de población ha llegado de Siria. También están otros países que ocupan un rol determinado en la recepción de refugiados. La crisis en Siria es muy compleja y solo tiene una solución política. El problemas es que las partes que están en conflicto sobre el terreno no creen en ello, sino en una solución militar. El reto más importante es alcanzar una solución política para este conflicto humanitario.

Leve mejora en los casos de Ébola

Otro de los temas en los que está enfocado el trabajo de Amos es el Ébola. Hace unos días, en Suiza, se mostraba optimista respecto a los datos de la enfermedad, cuyas cifras de muertos e infectados parecen estar en regresión.

-¿Cree que 2015 será el año de la erradicación de esta enfermedad?

«Entramos enla fase más dura del Ébola, su erradicación»

-No podemos ser complacientes aunque se haya observado una tendencia de la disminución de los casos en los países afectados. Lo que está claro es que entramos en la fase más dura de todas, porque pasar de la estabilización a la erradicación es una fase especialmente difícil en la que no podemos relajarnos y hay que seguir manteniendo la atención y el apoyo. En los países especialmente vulnerables a esta enfermedad tenemos que trabajar desde distintos ángulos: contención de la epidemia, tratamiento de los casos, que siguen siendo muy numerosos, y por otro lado mantener los servicios esenciales, como educación, salud, etc.; y trabajar a largo plazo para que esos países sean menos vulnerables de cara al futuro.

-El pasado mes de noviembre presentó su dimisión. Y su salida del cargo será efectiva el próximo mes de marzo, después de desempeñarlo durante cuatro años y medio. ¿Qué le ha llevado a tomar esta decisión? ¿Se va con cierta satisfacción por el trabajo realizado, o, por el contrario, se va con muchas frustraciones?

-Cuando termine seré quien más ocupado este puesto, por delante de mis predecesores. En este trabajo nunca es un buen momento para marcharse porque siempre hay muchas necesidades y crisis. En este periodo, creo que ha habido un refuerzo importante a la hora de mejorar la eficacia de la ayuda humanitaria. Hay más coordinación. Se ha reforzado el liderazgo de las diferentes personas que gestionan las crisis. Pero mi gran frustración es que vista cuál es la evolución del incremento de las crisis creo que hay que hacer una mayor inversión en diplomacia preventiva, para intentar no llegar a estas situaciones.

-Su último gran proyecto es la organización de la I Cumbre Mundial Humanitaria que tendrá lugar en Turquía en 2016. ¿Puede adelantar cuáles serán las líneas generales del programa?

-Tendrá cuatro pilares: cómo poder atender y mejorar el trabajo con las poblaciones afectadas por la violencia, teniendo en cuenta que el 80% de la población que sufre una crisis humanitaria está sometida a una situación de violencia. Por otro, cómo mejorar la eficacia de la ayuda humanitaria en un contexto que se ha ido haciendo más complejo. Cómo reducir la vulnerabilidad y la gestión del riesgo, particularmente en los contextos sujetos a la amenaza de desastres naturales. Y por último, se tratará cómo incluir o mejorar soluciones innovativas dentro del sistema humanitario. Están previstas ocho consultas regionales, de las cuales ya se han realizado tres y quedan cinco, en las que participan tanto las poblaciones afectadas, como estados, organizaciones internacionales, ONGs, coorporaciones y actors del mundo empresarial... El gran reto de esta cumbre es establecer una agenda para integrar todos estos cambios y poder lidiar con esa tendencia en los años futuros. Lo importante es que esto sirva para fortalecer las alianzas y el trabajo interactivo entre diferentes actores

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