Benjamin Netanyahu, habla con un asesor, durante la votación para disolver la Knesset (Parlamento)
Benjamin Netanyahu, habla con un asesor, durante la votación para disolver la Knesset (Parlamento) - afp

Los ultranacionalistas, los grandes beneficiados por el adelanto electoral en Israel

Todo apunta hacia «el gobierno más de extrema derecha» de los 66 años de historia del Estado judío

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Después de 26 años en el mundo de la política, nueve de ellos sirviendo como primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha captado el mensaje de la actual sociedad israelí y se dispone a pilotar el giro del país hacia las posiciones ultranacionalistas y ultraortodoxas que demanda la calle. Los ciudadanos acudirán a las urnas el 17 de marzo, como confirmó el portavoz de la Knesset (Parlamento), Yuli Edelstein, después de que el primer ministro decidiera poner punto final a su coalición con los partidos centristas de Tzipi Livni y Yair Lapid, ex ministros de Justicia y Economía.

«El racismo y la tensión social están en su peor momento»

Netanyahu y su partido (Likud) parten como favoritos para su cuarta reelección, aunque en las primeras encuestas de intención de voto se percibe que las formaciones ultranacionalistas, lideradas por Naftali Benet y Avigdor Lieberman, estarían muy cerca en número de votos del histórico Likud.

Los escaños volverán a estar muy repartidos, pero todo apunta a lo que los analistas bautizan como «el gobierno más de extrema derecha» de los 66 años de historia del Estado judío. Un gobierno donde los ultraortodoxos suplirán a los centristas y no habrá problemas para sacar adelante medidas como la Ley de Nacionalidad Judía, desencadenante de la crisis interna en el Ejecutivo.

«El peor momento»

El momento y el significado de la decisión de Netanyahu recibieron críticas en los medios israelíes. Para Omer Ben Jakob, analista de Ynet, es el peor momento para convocar unos comicios porque «la violencia se extiende (en el último mes han muerto más israelíes que en cualquier otro mes de los últimos dos años), y el racismo y la tensión social están en su peor momento. No hay esperanza para una solución diplomática con los palestinos».

Prescindir de Livni y Lapid supone un mensaje a los sectores más radicales de la sociedad y a la comunidad de internacional sobre la nula confianza de Netanyahu en la solución de dos estados, la base de las hoy detenidas negociaciones de paz. El líder del Likud recoge «el giro a la derecha de los últimos años de la sociedad israelí, un proceso que se ha acelerado desde la guerra en Gaza del verano», según Chemi Salev, articulista del diario «Haaretz», para quien los ciudadanos «votarán a favor de dar un paso atrás, del aislamiento internacional y de la confrontación».

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