Margallo respalda en Cuba a las empresas españolas para aprovechar los cambios en la isla

El ministro se reunió con los responsables económicos del Gobierno cubano y con la Asociación de Empresarios de España

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José Manuel García-Margallo dedicó buena parte de su jornada de ayer en La Habana a tratar con las autoridades cubanas y con los empresarios españoles sobre las reformas económicas que tímidamente ha emprendido el régimen castrista y a las que el Gobierno español se ha propuesto acompañar. El ministro de Asuntos Exteriores es consciente de que las cosas se están moviendo en la isla y fuera de ella, especialmente en Estados Unidos, y pretende que España no se quede al margen.

Ayer, el primer acto de su agenda fue un desayuno con una quincena de hombres de negocio de nuestro país, que se agrupan en la Asociación de Empresarios Españoles, formada por unas 200 compañías, a las que se van a sumar de inmediato una treintena más de la asociación de empresarios vascos.

Buena parte de la presencia empresarial española se concentra en el sector turístico, donde el 90 por cierto de las camas son gestionadas por grupos hoteleros, sobre todo Meliá, Iberostar, Rius, NH y Barceló.

Los empresarios plantearon al ministro, según explicó el presidente de la Asociación, Xulio Fontecha, sus «inquietudes básicas», que se centran en lograr la unificación monetaria en Cuba y el apoyo financiero a los nuevos «cuentapropistas» cubanos, que comienzan a aparecer como pequeñas empresas, pero que no cuentan con ayudas para operar. En este último campo, el Banco Sabadell, parece interesado en comenzar a trabajar.

Paralelamente, la cobertura CESCE que se encontraba cerrada desde el año 2000 como consecuencia de los más de 2.300 millones de deuda de Cuba con España, acaba de ser abierta con una línea de 25 millones de euros para operaciones a corto plazo.

El ministro se reunió más tarde, en sendas entrevistas, con el vicepresidente del Consejo de Ministros, Ricardo Cabrisas, responsable para los asuntos económico, y con el ministro de Comercio Exterior, Rodrígo Malmierca. A ellos les transmitió las inquietudes de los empresarios españoles, que se refieren también a la necesidad de establecer unos sistemas de contratación de personal cubano menos rígidos y de mayores facilidades para la repatriación de divisas.

Cabrisas y Malmierca, por su parte, explicaron el contenido de la ley de inversiones extranjeras que ha entrado en vigor recientemente en Cuba y especialmente de los objetivos que pretenden alcanzar con la puesta en marcha de una Zona de Desarrollo Especial en El Mariel, una especie de polo de desarrollo, en el que habrá una condiciones más favorables para los inversores extranjeros. Buena parte del funcionamiento de esa zona dependerá de las nuevas instalaciones portuarias en las que Brasil ha invertido unos 600 millones de dólares, y que podrían servir de escala a buques que van o vuelven del canal de Panamá.

Pese a los deseos de las autoridades cubanas, que aseguran que hay unos doscientos proyectos presentados para la zona del Mariel, entre ellos muchos españoles, la realidad es que la iniciativa no termina de arrancar con la velocidad que se esperaba. Entre otras razones, según apunta Fontecha, porque faltan empresas dispuestas a crear una infraestructura logística para favorecer la implantación de otras compañías.

El Gobierno español quiere, en cualquier caso, seguir muy de cerca la marcha de estos cambios y esa es una de las razones de la visita del ministro, que tiene presente que varios de sus colegas –franceses, británicos, holandeses y portugueses- ya se han desplazado a la isla, en un momento en que están en marcha las negociaciones entre la Unión Europea y Cuba para tratar de alcanzar un Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación.

Además, de sus conversaciones con las autoridades de Estados Unidos y de los movimientos que se están viendo –entre otros, el hecho de que medio millón de cubano-americanos hayan viajado este año a Cuba- García-Margallo ha sacado la conclusión de que la Administración Obama puede estar próximo a decidir levantamiento del embargo sobre Cuba, lo que favorecería enormemente la actividad económica. No obstante, serían precisos aún gestos por amabas partes, entre otros, la liberación del estadounidense Alan Gros, condenado a 15 años de prisión en Cuba cundo trataba de facilitar a los cubanos un mayor acceso a internet.

García-Margallo, que mantuvo en la noche del domingo una cena con el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, espera ser recibido en algún momento de la visita por Raúl Castro, en un momento en que el presidente cubano se plantea, al parecer, acudir a la Cumbre Iberoamericana de Veracruz, prevista para el 8 y 9 de diciembre. Sería la vuelta del máximo dirigente de la isla a este tipo de cumbres, ya que la última en la que estuvo presente Fidel Castro fue la del año 2000 en Panamá. Si Raúl Castro asiste podría arrastrar con él al venezolano Nicolás Maduro, y hacer más fácil la presencia de la brasileña Dilma Rousseff, lo que garantizaría una amplia presencia de mandatarios –que podría llegar al pleno- en la reunión.

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