Los manifestantes se tiraron al suelo de la plaza central de la capital, simulando haber sido asesinados, en recuerdo de los estudiantes de Iguala
Los manifestantes se tiraron al suelo de la plaza central de la capital, simulando haber sido asesinados, en recuerdo de los estudiantes de Iguala - reuters

La cólera por la impunidad del crimen acorrala a Peña Nieto

El presidente de México viaja a China y Australia y deja atrás un país indignado

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La ola de indignación popular provocada por la noticia del asesinato de 43 estudiantes en Iguala pone en graves apuros políticos al presidente, Enrique Peña Nieto, quien, no obstante, ha abandonado el país para viajar a Australia y China, donde participará en las cumbres de la APEC y del G20.

Después de que el fiscal general de la república, Enrique Murillo, asegurase que los estudiantes habían sido quemados en un basurero, los padres de las víctimas insisten en que el caso no debe ser cerrado y en que no creerán que sus hijos han muerto hasta que les presenten pruebas materiales, entre ellas una clara identificación de los restos.

Peña Nieto había intentado centrar su política en la modernización económica de México.

Pero la tragedia de Iguala le ha puesto ante la insoslayable realidad de una violencia que desde 2007 se calcula que se ha cobrado la vida de unas 100.000 personas en el país.

Las marchas de protesta para exigir justicia por la tragedia de Iguala son continuas. En ellas se mezcla la exigencia de que se castigue a los culpables con la indignación contra las autoridades ante un caso en el que los principales sospechosos son el alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y su mujer, María de los Ángeles Pineda, que habrían dejado en manos de los narcos la salvaje represión de una manifestación de estudiantes que intentaron protestar durante un acto público de la esposa del regidor. Rabia contra la impunidad en la que crece el crimen y la complicidad entre algunos políticos y narcotraficantes, y exigencias de justicia y reparación a las víctimas forman una ola de indignación que no deja de crecer de día en día.

Las protestas corren el peligro de radicalizarse y ser cada vez más violentas

Las manifestaciones, además, corren el peligro de radicalizarse y tornarse cada vez más violentas. Así ocurrió cuando unos veinte manifestantes encapuchados derribaron en la noche del sábado al domingo las vallas de seguridad de los alrededores del Palacio Nacional, sede del Ejecutivo mexicano, y prendieron fuego a la puerta principal del histórico edificio. Los disturbios se registraron al finalizar una multitudinaria marcha que había partido desde la instalaciones de la Fiscalía hasta el Zócalo de la capital mexicana para exigir la vuelta con vida de los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre, según informa Efe.

Al final del recorrido, miles de manifestantes se tiraron al suelo de la gran plaza central de la capital mexicana, simulando haber sido asesinados, y fueron leídos uno a uno los nombres de jóvenes desaparecidos a manos de policías y narcotraficantes. Una vez que los organizadores invitaron a todos a retirarse, un grupo se dirigió al Palacio Nacional, tiró las vallas de seguridad e intentó derribar la puerta principal con las estructuras metálicas. A continuación lanzaron todo tipo de objetos, incluidas bombas caseras, si bien el fuego fue apagado por un sistema automático contra incendios del edificio, construido entre 1522 y 1526.

«Vivos se los llevaron, vivos los queremos», repitieron durante el recorrido, en el que también pidieron justicia y no más muertes ni desaparecidos en un país donde se cuentan por miles. Los manifestantes también guardaron un minuto de silencio por los 43 alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.

Gira inoportuna

Así las cosas, Peña Nieto asistirá en Pekín durante esta semana al encuentro del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), efectuará una visita de Estado a China y luego asistirá a la Cumbre de Líderes del Grupo de los 20 en Brisbane, Australia. El mandatario envió al Senado una comunicación en la que expuso que su participación en los dos foros de concertación es de la mayor importancia, dados los compromisos internacionales adquiridos por México y el objetivo de consolidar al país como un actor con responsabilidad global.

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