Dilma Rousseff y Aécio Neves, en el último debate televisivo, el viernes en Río de Janeiro
Dilma Rousseff y Aécio Neves, en el último debate televisivo, el viernes en Río de Janeiro - efe
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Dilma Rousseff parte como favorita pero lastrada por las acusaciones de corrupción

Los últimos sondeos dan una ligera ventaja a la presidenta en los comicios de hoy, los más reñidos de la historia

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Los colegios electorales han cerrado ya en nueve estados de Brasil, que este domingo celebra la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en la que se miden la actual mandataria, Dilma Rousseff, y Aecio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). Las urnas ya han echado el cierre en los estados que tienen el mismo uso horario que Brasilia: el Distrito Federal, Río de Janeiro, Sao Paulo, Espiritu Santo, Santa Catarina, Minas Gerais, Rio Grande do Sul, Paraná y Goias.

Sus resultados electorales se darán a conocer junto a los de los 18 estados restantes a partir de las 20.00 (23.00 hora peninsular española) cuando finalice la votación en todos los rincones del gigante suramericano, de acuerdo con Agencia Brasil.

El presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Dias Toffoli, ha asegurado que las de hoy "han sido las elecciones presidenciales más tranquilas de los últimos tiempos", a pesar de que se han producido diversos incidentes.

El más importante es el que ha tenido lugar en Río Grande do Norte, donde un hombre armado ha irrumpido en la Escuela Celina Guimaraes y ha disparado contra Robson Diego Moura Soares, de 20 años, mientras hacía cola para depositar su voto en la urna, acabando con su vida, en lo que sería un ajuste de cuentas entre bandas rivales. Además, se han registrado 542 delitos electorales, por los cuales han sido detenidas 147 personas, entre ellas 65 votantes que estaban haciendo propaganda electoral, algo prohibido por la legislación brasileña en esta jornada.

También ha habido problemas técnicos. Un total de 2.231 urnas electrónicas han tenido que ser sustituidas, lo que representa un 0,51 por ciento del total de las instaladas. Río de Janeiro, Sao Paulo y Rio Grande do Sul han sido los estados con más incidencias de este tipo. Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), y Neves se enfrentan este domingo en una segunda vuelta para ocupar el Palacio de Planalto durante los próximos cuatro años. Los sondeos sobre intención de voto indican que serán los comicios más ajustados desde la restauración democrática, en 1985.

Los comicios más reñidos de la historia

Brasil se enfrenta a los comicios más reñidos de su historia y los colegios electorales han cerrado ya en los estados que tienen el mismo uso horario que Brasilia: el Distrito Federal, Río de Janeiro, Sao Paulo, Espiritu Santo, Santa Catarina, Minas Gerais, Rio Grande do Sul, Paraná y Goias.

«A principios de agosto Dilma (Rousseff) era presidenta, a finales la elegida era Marina (Silva). En septiembre las encuestas volvieron a señalar a Dilma como favorita y a mediados de octubre, después de la primera vuelta, daban a Aécio (Neves) como el futuro jefe del Estado. A horas de que se abran las urnas, las grandes encuestadoras vuelven a apostar, sin dudas, por Dilma … Estas elecciones son una locura total». El resumen de situación descrito por Humberto Dantas de Mizuca, profesor de Insper (Instituto Superior de Negocios y Estudios de Sao Paulo), se ajusta al ciclo electoral de Brasil que termina este domingo, el más sorprendente -por los imprevistos- desde que el gigante sudamericano, en 1985, recuperase la democracia.

El último duelo de televisión entre el socialdemócrata y la mujer que busca y tiene casi todo a su favor para lograr la reelección, terminó con algunas balas perdidas, otras lanzadas directamente al corazón de la corrupción del Gobierno y un afán mutuo por convencer al 10 por ciento del electorado que se declara indeciso o promete votar en blanco.

Según un arrepentido, Rousseff estaba al tanto del escándalo de Petrobras

«¿Sabía o no sabía?». Le preguntó sin rodeos Aécio Neves a la presidenta. La pregunta, la primera del debate, iba acompañada de las declaraciones de Alberto Yousseff, el arrepentido del mayor escándalo de corrupción del Gobierno relacionado con Petrobras. La revista «Veja», que habitualmente sale los sábados, adelantó la edición al jueves para difundir el testimonio judicial del preso que jura que «Dilma y Lula estaban al corriente» de ese enorme andamiaje de sobornos y desvío de fondos construido desde la petrolera semiestatal (con matices, equivalente a Repsol en España).

La bala de plata en la que confiaba el «tucano», como se conoce en Brasil a los socialdemócratas, vino seguida de otras similares hasta vaciar el cargador contra la favorita de las elecciones, pero difícilmente logre echar por tierra o convertir en un peso muerto a la candidata que Ibope y Datafolhadan una ventaja de entre seis y ocho puntos. «Si Aécio gana las elecciones las encuestadoras tendrán que cerrar. Sería su fin», observa el profesor Dantas, especialistas en análisis electorales y encuestas. «Lo que se jugaba en ese debate eran cuatro o cinco puntos como máximo y no parece suficiente para más sorpresas», anticipa sin dar crédito a los sondeos de Sensus y Veritas que siguen dando favorito a Neves.

Dilma Rousseff se defendió negando la mayor y le reprochó al ex gobernador de Minas Gerais que se hiciera eco de «esa calumnia sin ninguna prueba», con la que pretendían «intentar dar un golpe electoral en la recta final de campaña». La preocupación por el reportaje se tradujo en un desmentido anterior en la franja publicitaria de televisión de Dilma Rousseff.

La decisión -exclusiva de la presidenta y de Joao Santana, el publicista del Partido de los Trabajadores (PT), más conocido como la «fábrica de presidentes»- fue criticada por algunos sectores del partido. «Los medios de comunicación hoy tienen mucho menos fuerza que antes», observa Emmanuel Publio Dias, profesor de la Universidad ESPM (Escuela Superior de Propaganda y Marketing). Por esa razón, en el PT algunos consideraron que «Dilma se pegó un tiro en el pie al responder en la cuña de publicidad de televisión y darle una dimensión que no tenía».

Futuro de los planes sociales

La corrupción en todas sus variantes fue la tendencia del debate pero también se colaron otros temas, incluso, los que preocupan a la gente. El futuro de los planes sociales, la inflación que superó el 6,5 previsto (una broma en comparación con el 40 de Argentina o el 60 de Venezuela) o los problemas de seguridad y la educación.

También otra pregunta punzante de Aécio Neves en tono de reproche a Rousseff por tener a la Administración, casi en pleno, trabajando para su campaña. «¿Quién gobierna en Brasil?». La respuesta, como los sondeos, no era un secreto.

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