El candidato Aécio Neves
El candidato Aécio Neves - AFP

El candidato socialdemócrata supera a Marina Silva en las encuestas previas a la votación

La segunda vuelta, si se confirman los sondeos, será entre Dilma Rousseff y Aécio Neves

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La emoción dura hasta el último minuto. Los sondeos contra reloj, menos de 24 horas antes de que se abran las urnas, anticipan una remontada espectacular del socialdemócrata Aécio Neves en detrimento de la ambientalista Marina Silva. Si se confirma estos pronósticos, el "ballotage" será entre la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff y Neves, un candidato, en teoría, más fácil de vencer.

Brasil despejará hoy el último enigma de su campaña: Marina Silva (socialista) o Aécio Neves (socialdemócrata). Sólo uno de ellos pasará a una segunda vuelta frente a la presidenta Dilma Rousseff, la candidata favorita que logró, en tiempo récord, recuperar un terreno que le parecía vedado y que, al menos hoy, la coloca a las puertas de la reelección.

El único disgusto para la sucesora de Luiz Inacio Lula da da Silva es que no parece que pueda lograr la mitad más uno de los votos para ahorrarse el desafió de un “ballotage”. Datafohla, Ibope y MDA anticipan una victoria de Roussef de entre un 40 y un 46 por ciento de votos seguida de Aécio Neves, entre un 24 y un 27 de intención de voto. Marina Silva, estrella fugaz de la campaña. quedaría entre un 21 y un 24 de votos en el escrutinio.

“Estas elecciones son las más imprevisibles de la democracia. Desde 1989 no se había llegado con un resultado tan ajustado”. Claudio Couto, profesor en la Fundación Getulio Vargas, está tan sorprendido por el rumbo de las elecciones como la mayoría de los brasileños y el mundo.

Los giros de la campaña, en mes y medio, han puesto a los candidatos, en diferentes etapas, al borde del ataque de nervios. Los sondeos se convirtieron en una montaña rusa de curvas peligrosas, según en qué momento, para Dilma Rousseff (Partido de los Trabajadores), Marina Silva (Partido Socialista) y Aécio Neves (Partido Socialdemócrata Brasileño). En un abrir y cerrar de ojos la primera pasó a ser la segunda y la segunda la primera para volver a ser segunda y ahora ser tercera por el resurgir de Neves. Parece un trabalenguas pero es fiel reflejo de la evolución del voto.

Las razones para entender cómo se llega a este escenario tienen su origen en la muerte del socialista Eduardo Campos. Su avioneta se estrelló el 13 de agosto en Sao Paulo por motivos aún sin aclarar. Marina Silva, su candidata a vicepresidenta, ecologista, ex miembro del PT y ex ministra de Medio Ambiente de Lula, heredó el desafío de la campaña. El “efecto viuda” (política) al que suele referirse el consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba, desató una ola de solidaridad sin precedentes y Marina comenzó a subir como la espuma.

La traumática situación vivida –de milagro no iba en el avión-, su discurso de honestidad, transparencia, combate contra la corrupción y un programa económico ortodoxo y liberal despertó el entusiasmo inicial de la población. En especial de esa franja de clase media que hasta hace apenas unos años pensaba que su destino era ser pobre.

“Marina surge porque tiene una imagen de santa. Refleja el desahucio de la gente que se dice: alguien tiene que parar esto. Es el voto de la esperanza”, reflexiona Alfredo Behrens, profesor de la Universidad de Cambridge y de la escuela de negocios FIA de Sao Paulo.

Pero Marina como subió bajó y la caída está siendo dura. “El aparato del PT ha sido demoledor contra ella. Fue uno de los suyos, la conocen y saben sus puntos débiles”, comenta antes de recordar, “la campaña sucia al acusarla de terminar con los planes sociales y el abuso de propaganda en televisión del PT, con12 minutos frente apenas un par de Marina, ha funcionado”. A estos elementos hay que añadir los que incorpora la propia Marina, “contradictoria, a veces ambigua, sin reflejos para defenderse y contra atacar y con una paulatina pérdida de fuerza y presencia”, zanja José Marcio Mendonca, del Instituto de Industrias Creativas.

La debilidad física de Marina Silva, con apenas 50 kilos de peso, el cansancio acumulado, su frágil salud y escasa habilidad para sostener la presión de una campaña han jugado en su contra. “El PT lo que hizo fue convertir los errores de su campaña en defectos personales, inherentes a la naturaleza de Marina”, observa el analista Francisco Petros.

La suma de todo ello hizo que el milagro de acariciar el cielo de las urnas se volviera, también en tiempo récord, en un purgatorio más cerca del infierno por culpa de Aécio Neves.

“Aécio es sólo una cara bonita”, asegura Behrens. Sin embargo, el ex gobernador de Pernambuco, incapaz de presentar un programa de Gobierno hasta 48 antes de las elecciones, “tiene tablas en la política, al PSDB y dice, como la mayoría, lo que la gente quiere escuchar”, matiza. Su problema, como acostumbra a recordar su asesor Guillermo Raffo, “es que tras la muerte de Campos fue invisible para Brasil”.

Desgaste del PT

Doce años consecutivos del PT en el poder no son gratis. Desgaste, corruptelas y una gestión “mediocre” de Dilma Rousseff amenazaron con pasarle factura a la Presidenta que terminará este mandato con Brasil prácticamente a crecimiento cero y una inflación del 6,5 por ciento. Los estallidos sociales previos al Mundial se interpretaron como un preludio de lo que vendría pero, en la recta final, esos pronósticos se han derrumbado. “La gente se asusto. Ahora -comenta Alfredo Behrens- la forma de lucha es el voto”.

En este contexto, cómo explicar que Dilma Rousseff sea la favorita. “El progreso social no se olvida. Unos 35 millones de personas se convirtieron en clase media con el PT", observa Couto. Quizás, por esa misma razón, el gobierno tiene una imagen “excelente” entre el 39 por ciento” y “regular” en el 37 por ciento, según un estudio de Datafolha. En resumen, "las tres cuartas partes del electorado consideran satisfactoria la gestión del Gobierno”, concluye Claudio Couto.

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