La fascinante historia detrás del heredero de Danone que lucha contra el cáncer

Mauricio Botton ha donado 50 millones de euros para abrir un centro de investigación y tratamiento en Lisboa

Mauricio Botton y su esposa Carlota, en la finca donde producen aceite de oliva LA GRAMANOSA
Ana Mellado

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El nombre de Mauricio Botton Carasso es uno de los habituales en las listas de las grandes fortunas que elabora cada año la prensa económica. A diferencia de otros millonarios que de forma involuntaria acabaron acaparando el foco, él ha logrado vivir en un apacible y muy deseado anonimato. Mauricio, de 88 años, es el nieto de Isaac Carasso, el empresario que en 1919 dio origen a Danone en el barrio de Raval de Barcelona lanzando un yogur con fines medicinales. ­Carasso tuvo tres hijos: Flor, que murió asesinada en el campo de exterminio de Auschwitz; Daniel y Jeanne, la madre de Mauricio.

Nacido en París hace 88 años, Mauricio atesora una fortuna estimada en 455 millones de euros . Cuesta encontrar fotos de él, aunque las pocas que se han difundido datan de ayer.

Abandonó su habitual discreción para inaugurar el primer centro del mundo dedicado a la investigación y al tratamiento del cáncer de páncreas . Junto a su esposa, Carlota Botton, ha donado 50 millones de euros a la Fundación Champalimaud, de Lisboa, y poder levantar este pionero proyecto. Al acto asistieron los Reyes de España y el presidente de la República de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa. Ha recibido el nombre de Botton-Champalimaud Pancreatic Cancer Centre como homenaje a sus generosos donantes.

Mauricio Botton y su mujer, con los Reyes y el presidente de Portugal EFE

Mauricio ejerció durante 40 años como jefe de I+D y calidad de Danone España y se le identificó como el gran precursor en el lanzamiento del exitoso Actimel. Ejerció un papel muy notorio en la empresa como uno de sus consejeros más relevantes hasta 2015, cuando cortó con sus raíces y vendió su participación a la matriz francesa de Danone para embarcarse en nuevos negocios a través de su patrimonial Germina Gestión .

Aceite de La Gramanosa

Decidió recoger el fruto de lo que había empezado a plantar hace décadas como hobby. La Gramanosa nació de su pasión por el árbol del olivo. Seleccionó las mejores fincas ubicadas entre las colinas de Avinyonet del Penedès y Mont-roig, en las comarcas catalanas del Alt Penedès y Baix Camp, respectivamente, al sur de Barcelona. Sus campos de olivos producen uno de los aceites de oliva virgen extra más reconocidos del mundo. Además del oro líquido, diversificó sus inversiones entre el inmobiliario y diversos activos financieros.

En 2019, a raíz del ambiente irrespirable derivado del procés, huyó de Cataluña y se instaló en Madrid con buena parte de sus activos bajo el brazo. También fijó su ojo inversor en Portugal. En la región de Alentejo ha continuado con la producción de aceite con Paolo Miceli, su socio y amigo.

Mauricio y Carlota no tuvieron hijos. Con su abultada fortuna, han dado alas a una importante faceta filantrópica a través de la Fundación Germina , que pusieron en marcha en 2004. Trabaja con niños, jóvenes y familias en situación de vulnerabilidad. La sede se encuentra en Badalona.

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