Adriana Ozores: «Mi hijo es mi príncipe azul»

La actriz, sexta generación de una dinastía de actores rueda ‘Últimas voluntades’. Y reconoce a ABC que su trabajo la marcó como madre

Adriana Ozores: «Me esforcé por mostrar que había otras caras de los Ozores»

Adriana Ozores

Antonio Albert

Adriana Ozores (62 años) rueda en Murcia 'Últimas voluntades', una ópera prima de género en la que encarna a una mujer «pegada a la tierra, a la cocina, a un hijo con una paraplejia, con un marido muy buena persona, pero con un hermano muy complicado que va a cambiar su vida». A Adriana le gusta escribir un diario de sus personajes para entenderlos y recrear su mundo sin caer en estereotipos. Mujer de carácter, no se reconoce como una rebelde : «No tengo una rebeldía sobreactuada, soy más bien mediadora. Veo demasiadas partes y no solo tiro de mi carro. Soy una mujer libre que sabe lo que quiere y lo que no. Una carrera se hace a base de decir no».

La película es un relato de redención y de segundas oportunidades, una excusa para preguntarle cómo hubiera sido su vida de tener la oportunidad de no ser actriz, ella que quería dedicarse a las artes plásticas: «Es que esa parte la tengo presente porque la adoro. En el confinamiento, cuando me puse enferma, cualquier excusa me vale para pintar». Una de la sensaciones que recuerda con emoción era meter las manos en el barro, sentir las texturas, crear nuevas formas. Otros aspectos de su oficio actoral acabaron por pasarle factura en lo personal. Por ejemplo, la conciliación fue muy dura para ella: «Mi hijo es lo más bonito que hay en este mundo» , confiesa orgullosa, pero asume que los años de gira cuando era pequeño fueron muy duros: «Ir corriendo por todas partes con los pañales, la bañera, durmiendo cada día en un sitio… Ese momento no me mereció la pena. Y seguramente me condicionó para tomar decisiones de las que me he podido arrepentir, como es haber tenido otro hijo. Acabas pagando un precio muy alto».

Ni redes ni alfombra

‘La bella durmiente’ era la película favorita de su hijo Adrián, al que le cantaba ‘Eres tú el príncipe azul que yo soñé’ cada vez que se lo pedía: «Aunque cumpla años y se haga mayor, no pasa el tiempo por el alma , más aun en un afecto tan trascendental como el de un hijo. Ya no se lo puedo cantar, no me dejaría» bromea la actriz, «pero sin duda alguna sigue siendo mi príncipe azul». Separada del actor Joaquín Climent , Adriana reconoce que compartir la vida con alguien «que te entiende, que entiende tu profesión, es importante para mantener una relación duradera».

Tiene debilidad por la comida japonesa y reconoce muy golosa: «Soy adicta al Cola Cao». Aprendió a montar y fue tal su pasión por la equitación que se compró un caballo, Pachón: «Hace tiempo que lo vendimos. Lamentablemente, mantener un caballo es un dineral. Lo pasamos todos de maravilla con él, fue una experiencia preciosa, pero era complicado». No tiene redes sociales ni tiene pensado tenerlas. Tampoco es muy dada al peaje del famoseo: «Hay gente que lo vive, que le encanta la alfombra roja, acudir a eventos sociales… Yo para eso soy más tranquila».

No suele verse en las películas que protagoniza y se reconoce, más que una aventurera, una descubridora: «Me gusta viajar sola. Pasé una temporada en Arizona, que fue una forma distinta de conocer los Estados Unidos. Además, me fascinan los paisajes del desierto. También me fui sola a Japón, Es algo íntimo, de entrega total a la experiencia. Te puede asustar, pero no importa, al final puede la curiosidad».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación