Después de una actuación mediocre como la que protagonizó en Baréin, poco o nada le apetecía hablar a Fernando Alonso. Cansado, o más bien hastiado por la situación que atraviesa, el asturiano respondió ante los medios sobre sus sensaciones de la carrera. «Ha sido una carrera difícil. Sabíamos que iba a ser un circuito y un fin de semana complicado y no ha sido lo más divertido que hemos hecho. Coger solamente un punto o dos no es lo que queremos», reconoció, decepcionado.
Los problemas que tiene Ferrari no están claros, y eso ya es un problema en sí. Alonso confesó que se quedó sin potencia durante unas cuantas vueltas, en las que tuvo que hacer ajustes en el volante in situ, pero en general, «en el coche ha ido todo bien». Pese a ello, no pudo luchar siquiera por mantenerse entre los cinco primeros, y mucho menos pelear por la victoria. No está, ni de lejos, en condiciones de poder hacerlo. «Tanto Hamilton como Rosberg están conduciendo de una manera impecable y también tienen un poco de ventaja en cuanto a prestaciones. Las están aprovechando y hay que pararles. Hay que recuperar esa distancia en las próximas carreras. Hay que intentar ponerles las cosas lo más difíciles posibles para que, ganen o no ganen, no sea demasiado fácil», apuntó el español.
La próxima prueba, en China, será el primer lugar donde Ferrari lleve piezas nuevas, que probarán esta semana en los test que se van a celebrar. «Vamos a trabajar día y noche, 24 horas, y hasta que llegue ese momento, un poco de paciencia para todos», pidió el asturiano, antes de lanzar una promesa: «Nos hubiese gustado coger más puntos y vamos a cogerlos en la próxima carrera. Estoy seguro de que la revancha llegará en China».
