El regalo de las Humanidades

Eduardo Baura García, profesor de Historia Contemporánea del Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala, explica en este artículo que «a pesar de que los planes de estudios se empeñen en relegar las humanidades a un papel de disciplinas moribundas para frikis, siguen muy vivas»

ABC /CEU

«No, no os habéis equivocado de aula. Sí, estáis en el grado de Marketing. Y sí, esto es la asignatura de Historia Contemporánea». Estas son las palabras con las que suelo comenzar la primera clase del curso en la Universidad. Posteriormente, pregunto a los alumnos por qué creen que están estudiando Historia, si han elegido un grado que a simple vista no tiene nada que ver con esa materia.

«¿No sería mejor dedicar estas horas a asignaturas que me sirvan más para mi futuro trabajo ?», parecen preguntarse muchos de ellos, imbuidos de ese utilitarismo que impregna nuestra sociedad, que tan a menudo nos lleva a confundir lo útil con lo valioso. Sin embargo, siempre hay alumnos que aportan buenas razones de por qué puede ser beneficioso para ellos estudiar Historia, lo cual demuestra el papel crucial de la familia y la escuela a la hora de fomentar en los más pequeños el aprecio y el placer por la cultura.

La idea de formar a todos los estudiantes, sean del grado que sean, en una serie de disciplinas humanísticas es una práctica común en otras universidades , sobre todo en el ámbito anglosajón, y responde a que, más allá de preparar a los estudiantes para su futuro profesional, la misión última de la Universidad consiste en fomentar su formación integral como personas.

Al terminar el curso, no son pocos los alumnos que confiesan haber disfrutado la asignatura . Estos testimonios, escuchados por muchos de los profesores que enseñamos este tipo de materias humanísticas, revelan una vez más que, a pesar de que los planes de estudios se empeñen en relegarlas a un papel de disciplinas moribundas para «frikis», las Humanidades siguen muy vivas.

Y es que la Filosofía, la Historia, el Arte o la Literatura siguen –y seguirán siempre– interesando y gustando a nuestros hijos y alumnos porque les hablan de la vida, de su vida, de quiénes son y de por qué el mundo es como es; les ayuda a desarrollar un pensamiento crítico y a expandir sus horizontes culturales y vitales. No se me ocurre un mejor regalo para su crecimiento personal que fomentar en ellos, desde pequeños, el amor por las Humanidades.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación