Coronovirus

Una maestra de educación infantil: «Que me diga Sánchez cómo voy a mantener la distancia social con bebés que lo chupan todo»

En la franja educativa de 0 a 3 años es absurdo hablar de distancias, alegan los profesionales del sector

Carlota Fominaya

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El anuncio hecho ayer por el Gobierno de Pedro Sánchez que permite la apertura de centros de educación infantil de 0 a 6 años para niños cuyos padres certifiquen que estén trabajando fuera de casa ha causado sorpresa y, lejos de tranquilizar, ha levantado muchas dudas e inquietudes. ¿Cómo se mantiene el distanciamiento social de 2 metros con niños de 0 a 6 años? ¿Traerán las mascarillas de su casa? ¿Marcadas? ¿Cómo hacer para que no se quite la mascarilla un niño de 1, 2 3 años? ¿O mejor dicho, que se la pongan ellos?

«Todo esto es una utopía, total y absoluta», sentencia Juan Sánchez Muliterno, presidente de Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE) . «En educación infantil hasta los 3 o 4 años es absurdo hablar de distancias. Un bebé la mitad del tiempo está en brazos de un educador. Y un crío instintivamente se va a ir a otro niño, le va a dar un beso o un incluso un bocado, que es la manera de decirle que lo quiere».

A los niños de dos o tres años, insiste Sánchez Muliterno, «no podemos pedirles distanciamiento social, uso de mascarillas, las manos limpias y que tosa con el codo. Nosotros como profesionales sí que estaremos más pendientes de la higiene de las manos, por ejemplo, pero ellos no saben, ni entienden ni, por suerte, tampoco van a cambiar, y es evidente que se van a seguir peleando, jugando juntos.... Resulta absurdo plantearse el tema».

La sorpresa entre los profesionales del sector es generalizada. Laura Vela Toro, maestra de educación infantil en una escuela adherida a la Junta de Andalucía ve la vuelta «imposible» y piensa que el Gobierno tendrá que rectificar. «¿Están pidiendo distanciamiento social a toda la sociedad y van a comenzar la desescalada con los más pequeñitos? Son justo los más vulnerables, los que menos entienden o comprenden qué es un distanciamiento social. Si muchos de ellos no conciben ni lo que es el coronavirus, ¿cómo les vas a pedir que no se acerquen unos a otros?», se pregunta.

Y eso, advierte, «que los primeros que estamos deseando volver a la normalidad somos los maestros. Pero es incomprensible en una etapa de 0 a 3 años donde, sobre todo, además de la labor educativa, tenemos la labor asistencial, que es piel con piel. Si yo tengo que recibir a un bebé de 13 meses, lo hago de los brazos de su padre. Luego ese bebé está en el aula donde, por mucha higiene que se quiera tener, va a tocarlo todo. Ahora mismo según está la situación, ¿cómo lo hacemos?».

Es cierto, prosigue esta maestra, «que todos los niños tienen derecho a una educación respetuosa, cuidada, y sana pero, ¿qué garantías me da a mi el Gobierno para que yo pueda a hacer mi trabajo? ¿Cómo hago para mantener la distancia? ¿cojo un palo selfie y le doy de comer al niño? Invito al señor presidente a que se meta en el aula para que me diga como podemos mantener esa distancia social con bebés que chupan todo . Me gustaría saber quienes son los que le están asesorando para poder tomar esas medidas. Es cierto que debemos volver a la normalidad, pero a lo mejor debería ser de una forma mucho más escalonada y, sobre todo, garantizando la seguridad de todos: de los niños, los padres y los trabajadores ».

Siempre aforo controlado

Por otra parte, el hecho de que la norma especifique que se debe mantener «siempre aforo limitado» supone también un problema para las escuelas infantiles privadas, opina también el presidente de AMEI-WAECE. Al sector público el tema de los costos quizás no les condiciona tanto, pero sin embargo al sector privado sí le va a afectar el hecho de que le bajen mucho la ratio, que le exijan más metros cuadrados… Se podrán mantener un tiempo pero que no cobren nada o que cobren por solo dos o tres niños y no se habilite ninguna medida económica puede dar lugar al cierre de muchos centros».

La educación infantil, concluye Muliterno, «también depende de cada comunidad autónoma, y no es un sector homogéneo en toda España, con lo que las normas de Valencia o Aragón o la Comunidad de Madrid son radicalmente distintas. Unas apuestas por convenios con centros, otras por un cheque escolar… Pero no se han habilitado medidas extraordinarias para este sector» .

Por último, el presidente de AMEI-WAECE denuncia también que «el sector no ha sido suficientemente valorado en su vertiente educativa. Se sigue utilizando el término de “guardería” , con lo cual es evidente que queda un largo trecho por recorrer para que se le dé el valor a los centros de educación infantil que deben tener por el interés de los propios niños. Debemos tener en cuenta que la educación de 0 a 3 años es una de las más importantes en la vida de un niño».

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