Frida, la hija de Cecilia, de paseo por la playa de Aarhus
Frida, la hija de Cecilia, de paseo por la playa de Aarhus
MADRES ESPAÑOLAS POR EL MUNDO

«La maternidad en Dinamarca es un paseo por las nubes»

Después de tres años en Aarhus a Cecilia le siguen llamando poderosamente la atención las facilidades escandinavas a las familias

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Casada con un biólogo danés desde hace una década, la frase «la maternidad en Dinamarca es un paseo por las nubes» resume muy bien los sentimientos de esta mujer sobre las bondades del Estado escandinavo. Padres de dos niños pequeños (Frida, de 5, y Tomás, de 2) nacidos en Madrid, este matrimonio se estableció en la ciudad de Aarhus porque consideraron que la situación laboral en Madrid no era flexible con dos hijos tan pequeños. «La verdad es que intentamos criar a los pequeños en Madrid, pero después de que Martin sufriera varios recortes salariales en el centro de investigación oncológica donde trabajaba, y viendo que la situación laboral en Madrid no era tan flexible como en su país, decidimos cambiar».

Conciliación laboral y personal

Acostumbrado a los horarios laborales daneses, explica Cecilia, «Martin no concebía salir del trabajo más tarde de las 6:00 de al tarde. Le parecía tardísimo. En cambio aquí, su jornada de trabajo como científico en la Universidad de Aarhus normalmente termina a las 16:00 en punto, y eso le permite ver y disfrutar de los niños».

Los contratos laborales, prosigue esta madre, «aquí se entienden como a tiempo completo o "part time", que a su vez se entienden por horas. Tiempo completo que significa de 32 a 37 horas semanales y "part time" que pueden ser de 25. Todo esto depende un poco del campo en el que se trabaje pero, en general los horarios son así». Quizá las multinacionales, prosigue, «exijan más horas de trabajo pero las guarderías cierran a las 5 de la tarde como muchísimo». «Yo fui a una entrevista de trabajo para la guardería en la que trabajo ahora y, habiéndome dado ya el puesto —remarca— la primera pregunta fue: "¿Qué horas quieres trabajar? Porque claro... querrás pasar tiempo con los niños por la tarde, ¿no?"». «Casi se me saltan las lágrimas, no me lo podía creer», relata.

Ayudas a la maternidad

A su juicio, tienen tan arraigado el equilibrio familia-trabajo, que no hace falta fomentar la natalidad. «Creo que para ellos es tan importante que aquí nadie habla de conciliación, de ayudas... y de estas cosas que nos llaman tanto la atención a las madres españolas».

En cualquier caso, Dinamarca concede una baja por maternidad en total de aproximadamente 52 semanas a las madres y 14 semanas los papás. Normalmente se coge la madre 2 meses antes de dar a luz y el resto se intercambian entre la padre y el madre después del nacimiento. Así, explica esta mujer, «la media es de 3 hijos por familia... Y además.. tienen una ayuda de 142 euros al mes por niño hasta que cumplen los 18 años. Si hacemos la cuenta... sale a más de 30000 euros si fuera en un pago único», resume. La ayuda monetaria para la guardería es poca, «pero teniendo en cuenta los salarios tan altos que se reciben aquí, tampoco hace falta más…», admite.

Costumbres escandinavas

Por lo general, asegura esta mujer, a los daneses les gusta hacérselo todo ellos. «Hacen el pan, las tartas, se arreglan las bicis, cambian los neumáticos ellos de verano a invierno, se arreglan la ropa, se tejen la ropa… se contentan mucho con las pequeñas cosas de la vida y son felices con un buen trozo de tarta y un café. Suelen ahorrar mucho y si se gastan dinero es en algo bueno que les va a durar mucho tiempo. De hecho, desde muy pequeños les enseñan a ser tan independientes que cuando se caen apenas los ayudan a levantarse del suelo», cuenta.

La siesta nórdica

Pero si hay una costumbre que a ella le ha llamado la atención es la de «aparcar» los carritos de los bebés al aire libre para que duerman, haga el tiempo que haga.

«Es una costumbre nórdica que me tiene, literalmente, fascinada. Es una especie de siesta nórdica, durante la cual se deja a los bebés durmiendo en la calle, mientras mamá se toma su café en un bar y charla ¡tranquilamente! con su amiga, o entra en una tienda a curiosear, o a comprar puerros en el súper… Si. en la calle, y con mucho, mucho frío. A –5º aproximadamente. ¡Claro que hay un dicho sueco que dice que no hay tiempo malo, sino ropa mala!».

Las mamás danesas no lo dudan, cuenta Cecilia. Para ellas es parte de su rutina, como lo fue antes de sus madres. «Cuando te invitan a una casa, lo que te ofrecen para que tu bebé se eche la siesta es el jardín, no el dormitorio. Dicen que es muy sano para los más pequeños, y no solo para los de pocos meses, también para aquellos menores de tres años». Su teoría, prosigue, «es que los pequeños expuestos al aire libre, tanto en verano como en el crudo invierno, son menos propensos a coger resfriados». De hecho, muchos padres piensan que sus hijos duermen mejor y más tiempo en el exterior. En lugar de descansar entre una hora y dos, afirman, lo hacen entre una hora y media y tres. Y que nada más ponerles en la calle se quedan como si estuviesen en coma…

Ella lo ha comprobado en la guardería de sus hijos, donde las responsables le han explicado que pasar el día entero en un cuarto con otros treinta niños no es bueno para ellos en absoluto. «Y así me encuentro a Tomás (2 años) cuando llego, en su carrito a las puertas de la clase, ¡después de dormirse una siesta de dos horas!».

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