Un momento del desfile de Louis Vuitton en la Semana de la Moda de Paris
Un momento del desfile de Louis Vuitton en la Semana de la Moda de Paris - afp

Vuitton y MiuMiu, el broche de oro al prêt-à-porter parisino

Las dos firmas de lujo recuperan las pieles y los tweeds

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Confirmado. En otoño, vuelven las pieles. Verdaderas o falsas, poco importa a estas alturas. Ya anticipó la tendencia Karl Lagerfeld, que ha ideado una colección de pieles «Haute Fourrure» para Fendi, ya que entre sus múltiples ocupaciones está la de codirigir la casa romana, sin dejar de velar por Chanel y por su propia marca. El polémico káiser ha levantado estos días ampollas en la opinión pública, aduciendo que mientras se consuma carne no entiende por qué no se pueden utilizar las pieles. Lagerfeld, siempre informado, recibe los dosieres semestrales de los burós de tendencias, al igual que lo hacen las demás firmas. Por tanto, no es de extrañar que en esta edición de la Semana de la Moda de París otros también se hayan apuntado al «carro», observándose un retorno generalizado a la peletería.

Las pieles y el paño de lana han sido el corazón de la colección que Louis Vuitton presentó ayer. Predominaron también, como en casi todas las marcas, el blanco y el negro, tanto juntos como separados. Vuitton volvió al damero, un motivo que la casa creó para sus baúles allá por 1888, años antes de patentar su famoso Monogram. El damero en blanco y negro también ha sido una tónica que han conjugado casas como Valentino. Cuellos y echarpes de peletería inundaron la pasarela, bien combinados con abrigos y trajes de corte austero.

Nicolás Ghesquière, director creativo de la firma francesa, tampoco dejó atrás el «chanelizado» tweed en sus trajes sastre, adaptándose de nuevo a la tendencia. Los pantalones y faldas de cuero hicieron acto de presencia, así como algunas prendas con efecto pitón. Vuitton planteó una colección sólida, atractiva y elegante. Pero Ghesquière se dejó guiar en exceso por las tendencias previstas, cuando, en realidad, se podría permitir el lujo de marcarlas.

MiuMiu cerró la semana con una propuesta brillante. Miuccia Prada, que no en vano es la creadora más imaginativa del panorama global, evitó -como siempre- seguir las tendencias en exceso. Sus abrigos de tweed, de corte intemporal, se alternaron con otros de piel impresa replicando cocodrilo. La mezcla de texturas y colores es su sello más personal. Combinó de modo brillante abrigos en pata de gallo de tamaño gigante con prendas en falsos cueros exóticos de colores vistosos. Lanzó el amarillo, que promete ser tendencia, alternándolo con marrones, azules y burdeos.

A todo color

La colección de zapatos fue la más original de toda la semana. Hizo gala de gran valentía utilizando materiales como el pitón, acompañado de grandes hebillas, y como el animal print, rematado por piezas de colores fuertes. Los bolsos eran baulettos típicos de la casa, declinados en colores y tamaños diferentes. La bisutería, alegre y algo exagerada, es siempre un rayo de luz, un toque infantil en sus propuestas. Un desfile entretenido y original, que sentará cátedra. Y es que la semana de la moda de París, al contrario que la de otras ciudades, siempre reserva para el final un broche de oro, esa guinda del pastel capaz de mantener al público y la prensa pendientes hasta el último momento.

Ver los comentarios