Nia: «En el mundo de la música hay algunas malas hierbas»
La ganadora de O.T. presenta su single de debut «Malayerba», y recuerda su paso por la Academia sin olvidar el incidente con Estrella Morente, que le molestó especialmente porque es «antitaurina»
La ganadora de la última edición de Operación Triunfo ya está preparada para lanzar su carrera musical, y da su primer paso con «Malayerba», un primer single que reúne todos los ingredientes que según la propia Nia no podían faltar en este debut: baile, esencia y raíz. «Para mí, «Malayerba» es ese basta ya, ese stop que alguna vez hemos tenido que poner en nuestra vida amorosa. Va para esa persona que alguna vez jugó contigo pero no desde el rencor sino desde el empoderamiento. Es una canción de «desamor», pero alegre como yo (risas). Me encantaría que la gente la bailara y la gritara cada vez que la escuchasen porque esa es mi intención. La primera vez que la canté acabé bailando y dando saltos, eso quiero que sientan, que griten al mundo que la «Malayerba» hay que arrancarla».
¿Qué le está pareciendo la reacción del público a la canción?
Estoy muy contenta, porque el feedback es buenísimo. A la gente le ha gustado mucho, y estoy muy orgullosa porque al escucharla se me reconoce, se sabe que soy yo.
Es una de sus preocupaciones, ¿verdad? Tener un estilo propio.
Sí. No es una preocupación, pero sí quiero tener mi propio estilo, que se me reconozca. Hay gente a la que le cuesta muchos años. Y creo que voy bien encaminada.
¿La canción da pistas de por dónde quiere llevar su carrera a nivel de estilo? ¿O cada canción suya será un mundo?
Quiero hacer música latina, así que todo irá por esa onda. Pero estoy abierta a todo, intentando fusionar y hacer locuras, a ver qué sale. No me quiero cerrar a nada. Por ejemplo, nunca se me ocurriría que haría afrobeat, y de pronto el otro día se me ocurrió una idea para mezclarlo con lo latino.
¿Le gusta Fela Kuti?
Pues no sé quién es.
El padre del afrobeat.
Ah, ni idea.
Dice que esta canción es como un «basta ya». ¿Le ha tenido que parar los pies a mucha gente?
He tenido mucha suerte, así que no. Cuando uno irradia cierta energía, al final te rodeas de gente con la misma energía. No me ha tocado ninguna mala hierba. Aunque alguna hay por ahí. Pero no le doy importancia.
¿En la industria musical?
Bueno... algo hay. No me tires de la lengua.
Mi trabajo es intentarlo (risas).
(Risas) Me voy dando cuenta de que tengo que estar preparada para todo. A veces cuesta encajar determinadas situaciones, pero qué le vamos a hacer, el mundo es así.
¿Quiere componer? ¿O cantará lo que componen otros?
Al menos quiero aportar algo a la composición. Es verdad que nunca me he puesto a componer hasta Operación Triunfo. Pero ahora quiero hacerlo más. Estoy yendo a sesiones de composición, y creo que aporto bastante.
Cuando la vi en los castings supe que iba a ganar OT. Y no me estoy tirando el rollo, de verdad que lo vi claro. ¿Se lo han dicho muchas veces?
La verdad es que sí. Pero es que es muy curioso, porque desde dentro no se veía así. La gente tenía su favorito cada semana, y yo nunca era una de ellos. No me imaginaba que fuera tenía este apoyo.
«No me gusta perder el tiempo. Y cuando estoy en las redes sociales tengo la sensación de estar perdiéndolo»
¿Qué fue lo más duro de la experiencia?
No cambiaría nada. Lo repetiría todo igual. A lo mejor se me atragantaron las expectativas, la presión, pero lo disfruté todo. Ha sido la mejor experiencia de mi vida. He aprendido mucho profesional y personalmente.
¿Qué fue lo que más le sorprendió para bien?
De pequeña fui a clases de canto. A mí me costaban mucho los agudos, y tenía la inseguridad de no poder llegar. Pero no era una dificultad técnica, era mi cabeza, que no había manera. Y la semana en la que canté «Halo» me di cuenta de que todo el trabajo que había hecho hizo que mi cabeza hiciese clic. Mamen me dijo que en algún momento, eso ocurriría, y ya no necesitaría pensar para llegar a cierto tipo de notas. Esa semana lo descubrí, y fue un aprendizaje enorme.
¿Cómo se vivió el estallido de la pandemia dentro de la academia?
Nos enteramos de sopetón. Nos habían contado algo, y de hecho tuvimos alguna gala sin público, pero pensábamos que era por cumplir protocolos y que no iba a ser tan grave como luego fue.
Cuando les mandaron a casa, pensaría que a lo mejor ya no volvía a reanudarse el programa.
Totalmente. Cuando salimos de allí, daba por hecho que se había terminado la experiencia. Me vine abajo. Me dan esta oportunidad, y tiene que pasar esto. Me dio mucha rabia.
También le daría mucha rabia ganar el concurso, y aterrizar en la industria de la música en su peor momento.
Intento no enfocarme en lo malo. Tengo más tiempo para componer, y me iré adaptando. Vamos a ver qué depara el 2021 para la música.
Si no puede haber conciertos hasta 2022, como auguran algunos expertos, ¿qué significaría eso para Nia?
Una putada (risas). Habrá que darle vueltas al coco para ver de qué manera podemos hacer algo. Como no sé si voy a estar viva mañana (risas), no sé lo que va a pasar.
Estará cuidando mucho las redes sociales.
Me estoy poniendo las pilas con ello. A mí no me gusta perder el tiempo, y siento que en las redes sociales lo pierdo. Aunque la única manera de estar con la gente, y que vean lo que estoy haciendo, son las redes. Por eso me estoy poniendo las pilas. Pero gustarme, no me gustan.
¿Qué planes tiene por delante?
Sacar otro single después de Navidad, y para el año que viene, hacer un álbum o un EP. Hacer crecer el repertorio.
¿Se le ha acercado algún artista para hacer una colaboración?
Algo hay, pero no te puedo contar.
¿Cuál sería su colaboración más soñada?
Marc Anthony, sin duda. No tengo ni que pensarlo. Y si pudiera resucitar a alguien, sería Celia Cruz.
Lo de Estrella Morente debió ser un mal trago, ¿no?
Me quedé fría. En ese momento no escuchaba ni la letra que decía. Yo estaba en plan, «¿por qué está cantando otra canción?». Estaba muy nerviosa, porque yo no canto flamenco, y esa semana lo pasé mal por el reto de cantar con Estrella Morente. A los músicos los volví locos, y como esa música lleva unos tiempos, y yo no los pillaba bien... Y encima se pone a cantar otra canción. Ella me dijo que iba hacer «un par de cositas para calentar la voz», que no me preocupara. Y pensé que ensayaría unos quejíos o algo. Pero no. Me entró el miedo en el cuerpo y estuve a punto de irme del escenario. Al día siguiente, cuando volví en mí, dije: «Espera, ¿qué ha cantado?». Lo escuché bien y fue como «¡buah!».
Y encima es usted antitaurina.
Sí. No me gusta que se maltrate a ningún animal. A las corridas de toros no les veo ningún sentido. Lo de divertirse viendo cómo maltratan a un animal, no me entra en la cabeza. Soy totalmente antitaurina.
¿Qué le parece la escena musical que le ha tocado vivir?
Me gusta mucho la variedad que tiene. Pero no me gusta el hecho de que las canciones no perduran. Antes perduraban. No sé si por cuestión de calidad, o por otra razón. Pero ahora la música no dura. Hoy tenemos un hit, y mañana hay otro, y pasado, otro. Así no nos da tiempo a disfrutar ninguno. No tenemos tiempo para disfrutar de las cosas, en general.
Es muy celosa de su vida privada. Si la fama provocara seguimientos de paparazzi, ¿qué tal lo llevaría?
No lo llevaría muy bien. No soy un personaje, soy una artista. Supongo que me tendría que acostumbrar, porque me estoy dando cuenta de que es el precio que hay que pagar.
A usted que le apasiona el baile, ¿cómo le afecta estar un año sin bailar con gente?
Lo llevo mal, pero como voy a clases de baile me desfogo. Y en mi casa me vuelvo loca (risas).
¿Cuál sería el regalo perfecto para estas Navidades?
El regalo más bonito es que voy a alquilar una casa para reunir a mi familia en Gran Canaria. Llevo siete años sin pasar las Navidades con mi familia, y ese va a ser el regalo. Entrar en el nuevo año con mi familia.
