El mensaje de fuerza y agradecimiento del Príncipe Carlos tras superar el coronavirus

Tras el contagio del archiduque Carlos de Habsburgo-Lorena y el Príncipe Alberto de Mónaco -ambos ya recuperados- se conocía el positivo en coronavirus del Príncipe Carlos , hijo de la Reina Isabel II , que también ha vencido a la enfermedad. Desde un primer momento, la Casa Real británica informó del diagnóstico favorable del heredero al trono, que, tal y como ha confirmado él mismo en su reciente aparición, solo ha presentado síntomas «por fortuna leves». Pero a pesar de su pronta recuperación, continúa estando «aislado» y respetando «la distancia social» recomendada.

En un vídeo grabado para la organización benéfica Age UK, de la que es patrón, que se ha difundido en Twitter, Carlos de Inglaterra envía un mensaje de ánimo, pero también de emergencia a la ciudadanía: «Como nación, afrontamos una situación con profundos desafíos , de la que somos conscientes que amenaza la subsistencia, negocio y bienestar de millones de nuestros conciudadanos», señala, desde el despacho de su residencia de Birkhall, Escocia.

«Como todos vamos aprendiendo, esta es una experiencia extraña, frustrante y a menudo de angustia , cuando la presencia de la familia y los amigos deja de ser posible y las estructuras normales de la vida desaparecen repentinamente», reconoce al tiempo en que resalta la «batalla heroica» del personal sanitario.

También dedica una de sus reflexiones a los más mayores, el colectivo más vulnerable en estos días y con quienes tanto él como su mujer están muy vinculados a través de la organización Silver Line, que lucha contra la soledad en la vejez. Así, piensan particularmente «en aquellos que han perdido a alguien en estas circunstancias difíciles y anormales, y en los que deben afrontar enfermedad, aislamiento y soledad ».

El Príncipe Carlos no quiere dejar de enviar un mensaje de fuerza y esperanza a la población: «Nadie puede decir cuándo acabará esto, pero acabará. Hasta que esto suceda, tratemos de vivir con esperanza y, con fe en nosotros mismos y en el prójimo, esperemos la llegada de mejores tiempos».