Varios jóvenes de la jet set saudí se relajan en la piscina a ritmo de la diva Nalaya
Varios jóvenes de la jet set saudí se relajan en la piscina a ritmo de la diva Nalaya - ABC

El lúdico retiro de los príncipes árabes en la Costa del Sol

El nuevo club de Olivia Valère está construido sobre una de las propiedades vinculadas con el Sha de Persia

Marbella Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los príncipes saudíes tienen un nuevo lugar de retiro en Marbella. Ocultos de los focos y de las miradas indiscretas, han descubierto un nuevo club con piscina en Nueva Andalucía –la urbanización que tiene los alquileres más caros de España– para su exclusivo descanso. Apenas lleva abierto un mes, pero se ha convertido en lugar de referencia para pasar las calurosas tardes marbellíes.

«Han cambiado mucho. Los hijos de las fortunas árabes ya no hacen las fiestas como antes. Suelen beber zumos y disfrutar del ambiente», remarca Olivia Valère, que ha diseñado una jornada de fiesta en Nao para los vástagos de las principales familias árabes de la ciudad y que cuenta con la presencia en la zona V.I.P.

de uno de príncipes herederos del rey Salman ibn Abdulaziz de Arabia Saudí.

El área sobre el que está construida Nao es una de las antiguas propiedades vinculadas al Sha de Persia, Mohammad Reza Pahleví. Es la residencia en la que vivió su médico particular durante los años que el monarca persa estuvo en Marbella.

Muy cerca de la zona de las bailarinas, en una de las áreas más caras de la piscina, donde el gasto puede llegar a los 6.000 euros por mesa, la cachimba es el entretenimiento más usado, las cubiteras sólo tienen agua, los bolsos son de Chanel y cuando hay aglomeración en torno a los ocupantes se instalan algunos miembros de la seguridad privada del local, para que no se perturbe la tranquilidad. No se pueden hacer fotos y la música eleva los decibelios.

La cantante Nalaya Brown durante su actuación
La cantante Nalaya Brown durante su actuación - ABC

En la organización cuentan que hay empresarios y aristócratas de Kuwait, Dubai y Arabia Saudí. «Los suecos y los ingleses son los que más vienen. Los árabes ahora están muy concienciados con el problema del fanatismo y no se dejan ver. Salen muy poco y viven con mucha discreción. No quieren hacer grandes alardes para no crear tensiones», explica Olivia Valère, que preparó para la tarde del pasado domingo una de las fiestas electrónicas más imponentes de agosto. Le tocó el turno de Nalaya, una de las grandes divas de la música electrónica, con gran acogida entre los musulmanes más potentados.

«Trabajo mucho para el mundo árabe. He cantado en bodas, cumpleaños y fiestas privadas. Media hora de espectáculo con ellos son cuatro sueldos en España», señala Nalaya, quien asegura que el año que viene pretende cambiar Ibiza por Marbella porque «es cantar para otro nivel». «Es una clase social más alta, con gente que viaja por el mundo y que conoce la música internacional», remarca la cantante.

Ver los comentarios