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Cinco productos gaditanos para nostálgicos

Artículos de la provincia de Cádiz que nos han acompañado a lo largo de nuestra vida con los que volvemos a nuestra infancia y juventud

CARMEN IBÁÑEZ
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Artículos de la provincia de Cádiz que nos han acompañado a lo largo de nuestra vida con los que volvemos a nuestra infancia y juventud

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  1. Patatas Franjose

    Casi todos siguen entre nosotros. El día que falten, ellos o su inmutable diseño, los recordaremos con nostalgia. Son productos gaditanos que nos acompañan desde pequeños, en los que la moda del 'restyling' no ha calado. Nos transportan a los bocadillos en la playa o en el campo o a nuestras abuelas en la cocina… ¿Y a ti, a qué te recuerdan?

    Patatas Franjose

    El dibujo del paquete las hizo conocidas como las patatas del indio; también eran llamadas 'patatíbiris'. Se comercializan desde Puerto Real, y están tan presentes en nuestra vida que ni nos fijamos en la bolsa si detectamos levemente al indio. Conservan el sabor de siempre. Todo un clásico playero y de fines de semana.

  2. Picos Yeyé

    De nuevo en Puerto Real nace uno de los productos más queridos de la provincia. Si de por sí los picos son algo que se estila poco en algunos sitios fuera de Andalucía y nada fuera de España, sus 'pulgarcitoso' son únicos. Para empujar no son de gran ayuda por su pequeño tamaño, pero son la compañía perfecta para ir tras una loncha de jamón o un trozo de queso. También para comer solos; quién no ha practicado ese crujiente ritual. En el año 2009 los dedos pulgar e índice se quedaron un poco huérfanos, tras el cierre de la fábrica. Afortunadamente en 2011 recuperó su actividad y los picos Yeyé y su setentero guitarrista de la bolsa siguen intactos.

  3. Proasal

    Cuando dar valor a los productos locales no era una prioridad, Proasal estaba en todas las cocinas. Callada en una esquina, cerca de los fogones, con su barquito y sus olas. Ella, la sal marina, tan antigua y tan necesaria en la cocina, venía de Sanlúcar de Barrameda para animar todos los platos. De pequeños no nos interesábamos por ella, pero ahora se ha convertido en una vieja amiga que se sigue produciendo y evocando tiempos pasados desde las estanterías de los supermercados.

  4. El Rey de Oros

    La conservera tradicional de Barbate se fundó en 1931. Cuando en los Caños de Meca no había nadie, ni en invierno ni en verano. Cuando el atún era el principalmente el sustento de muchos en sus versiones más sencillas, y no el objeto de vanguardistas recetas de inspiración asiática. Desde entonces caballas, sardinas, atún, melva… se acompañaban del rey de oros de la baraja española que representa la marca. Y ahí sigue, impertérrito, aunque varíen los formatos o los diseños.

  5. Skol

    Cerveza gaditana, elaborada en la capital a pesar de sus raíces santanderinas. La fábrica se encontraba muy cerca del estadio Ramón de Carranza. Tras el cese de su actividad en 1990 fue demolida con dinamita. A muchos le parecerá mentira que tan recientemente existiera tal fabrica en plena ciudad, y mucho más el espectáculo de la detonación y caída del inmenso edificio, que congregó a muchos curiosos. Hoy se comercializa una cerveza bajo el nombre de Skol perteneciente al grupo Carlsberg que poco tiene que ver con la que recordamos.

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